Tuesday, September 12, 2006

CUENTAS MAPUCHE.


Esperar unos minutos.

La Orden Bonaria, con la comunidad Mapuche, está desarrollando con las fábulas y leyendas Mapuches un libro de cuentos infantiles.
Aeskiúk Saes at Cecél - Esta es mi casa Comunidad Kawésqar de Puerto Edén
XII Región.

Juan Carlos Huillipan vive a escasos metros de la Laguna Ancapulli. Es un mapuche. Debe tener unos 21 años.

Lo recogí en la carretera que va desde Curarrehue a Pucón y lo acerqué hasta su casa. Hablamos de cómo tiene que trabajar en verano y estudiar en invierno, de la media hora caminando que tiene que hacer todos los días desde su casita hasta la carretera para coger el autobús, de porque su abuelita no le había enseñado el mapudungun, de los volcanes que yo quería fotografiar, de los peces de la laguna.

Cuando finalmente llegamos a su casa, después de recorrer unos kilómetros de ripio, se sorprendió de que hubiera hecho el recorrido sólo para llevarlo a él, sin otro objetivo, como si él mismo no mereciera esa ayuda…
Bajé hasta el pie de la laguna, el día estaba soleado, el agua como un plato llano, las aves chillaban muy bajito y el mundo estaba allí.

Los mapuches, la gente de la tierra, son tan importantes en su tierra y le dan tal importancia a la tierra que llevan su nombre en el suyo: Mapu.
Y en este texto, yo quería sentirme como sentí al mundo y a los mapuches ese día de Enero, en Chile, quería sentirme importante en Ancapulli, cerca de Curarrehue y cerca de Juan Carlos Huillipan.


M A P U C H E(Dedicado a la “gente de la tierra”)

Bajó el cielo a la laguna Ancapulli y se juntó con el agua.El agua de la laguna tocó la tierra en sus bordes y en un instante, volvió a ser el mundo solamente cielo, agua y tierra.Todo se llenó de los sonidos de la vida, respiración del aire.Todo se colmó del aroma de la verdad, olor del suelo.Todo se invadió del color de la quietud, color de los colores.Y en el medio de la sensación evocada de ser mundo, vida y tierra, me quito la ropa, me desnudo el pensamiento y me dispongo a gritar que me nombro a mí mismo gente de toda esa belleza, gente de todo lo que nos ha sido dado, gente de la gente que vive, gente de la tierra: ¡mapuche!.