
Jo Becker, de Human Rights Watch, autora de un informe fundamental sobre los niños soldados, explica por qué la rehabilitación de los ex combatientes infantes es decisiva para la instauración de la paz.
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¿Cuántos son los niños soldados en el mundo?
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Más de 300.000 menores de 18 años actúan como soldados en las fuerzas armadas y grupos rebeldes de más de 41 países. Además, miles de menores de esa misma edad están listos para combatir en más de 87 países. Aunque la edad de la mayoría de los niños soldados oscila entre 15 y 18 años, los más pequeños de que tenemos noticia tienen apenas siete.
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¿Se recluta a niños porque hay escasez de soldados adultos o se trata de una forma más mortífera de trabajo infantil?
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Cuanto más se prolonga un conflicto, mayores son las probabilidades de que participen niños. Éstos son más baratos, más crédulos y más fáciles de condicionar que los adultos para matar sin miedo y obedecer a ciegas. Conocemos relatos de menores que se abalanzan contra el enemigo en pleno tiroteo, sin darse cuenta de que las balas pueden matarlos. Hay informes de que, durante la guerra fronteriza con Eritrea en 1999-2000, Etiopía reclutó por la fuerza a miles de estudiantes en plazas y aldeas, y en ocasiones los utilizó como verdaderas avalanchas humanas en ataques a través de campos minados.
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¿Qué mueve a los niños a combatir?
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Muchos, que han experimentado o presenciado atropellos de las autoridades, se incorporan al ejército para sentirse seguros o proteger y alimentar a sus familias, que rara vez trabajan. Los menores pertenecientes a grupos étnicos e indígenas a menudo son una presa fácil, como en Guatemala durante la guerra civil. Otras veces son objeto de tráfico: en la guerra de la República Democrática del Congo lucharon niños comprados en Rwanda y Uganda, mientras que en Afganistán se utilizaron niños pakistaníes.El grupo rebelde de los tigres tamiles ha empleado niñas como bombarderas suicidas en Sri Lanka porque es menos probable que despierten sospechas. ¿Conoce ejemplos semejantes de reclutamiento femenino?Los varones reclutados son más numerosos, pero en ciertos conflictos hasta un tercio de los soldados son niñas. En el norte de Uganda y Sierra Leona, muchas fueron raptadas por grupos de resistencia y utilizadas para combatir y como esclavas sexuales. Lo mismo ocurrió en El Salvador durante la guerra civil.
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¿Qué impacto tiene en los niños convertirse en soldados? Además del riesgo físico, ¿pueden quedarles también secuelas psicológicas?
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Las consecuencias son muy graves. He hablado con niños ex soldados que tienen pesadillas y reviven escenas imborrables de sus experiencias, y que sienten miedo por el solo hecho de que alguien se les acerque. Siempre están alerta, preparados para un ataque. Esos menores han vivido años de experiencia militar, pero no saben leer ni escribir, y carecen de una formación que pueda abrirles perspectivas en la vida civil.
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¿Qué puede hacerse para que esos niños no queden marginados pese a que suelen ser analfabetos?
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Si reciben apoyo y se les da una segunda oportunidad de educación o formación profesional, pueden convertirse en miembros muy útiles de la sociedad. Es importante que existan programas a largo plazo. En Liberia, hubo una desmovilización muy rápida de los niños soldados y muy pocos programas de rehabilitación, por lo que muchos terminaron por enrolarse de nuevo o incorporarse a bandas criminales. En otros lugares, como Angola o Sierra Leona, los conflictos vuelven a surgir.Los programas aplicados actualmente han dado buenos resultados en Mozambique y el norte de Uganda. Los mejores hacen participar a la comunidad y combinan psicología moderna y desarrollo infantil con costumbres y ritos tradicionales. Entre éstos, cabe mencionar las abluciones, que dan a los niños la sensación de que sus experiencias de guerra han sido lavadas. En Mozambique y Sierra Leona, los niños visitaron a familias a las que habían causado daño y realizaron algún trabajo para ellas o construyeron escuelas como una forma de reparación. Los donantes están destinando más recursos a este aspecto primordial de la construcción de la paz, pero si se quiere resolver el problema se necesita un compromiso más fuerte.