DEFINICIÓN DE LA ONU
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Según la Convención sobre la Tortura de las Naciones Unidas Tortura es infligir intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener información o una confesión, o de castigarla, intimidarla o coaccionarla.
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Tras la 2ª Guerra Mundial todos los gobiernos del mundo asumieron el consenso de que la tortura y los malos tratos son prácticas repugnantes, detestables e inmorales así lo plasmaron
en la legislación internacional. La Tortura no es admisible y nunca está justificada, ni siquiera en guerras o situaciones de emergencia.
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Bajo el argumento de que la tortura da seguridad se han empleado técnicas coercitivas de interrogatorio, justificando su uso de forma limitada y controlada sólo aplicable a circunstancias urgentes y extremas.
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Pero la dureza de los métodos utilizados suele aumentar: la bofetada que no hace hablar a un prisionero se convierte en un golpe. Si el golpe no sirve es preciso infligir más dolor. Resumiendo, una vez que se abre la puerta a la tortura o los malos tratos, su uso se institucionaliza rápidamente. Y una vez que esto sucede, nadie está a salvo.
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Los derechos humanos no son un lujo para los buenos tiempos. Deben ser respetados siempre, también en épocas de peligro e inseguridad para no sobrepasar la línea que ningún gobierno puede cruzar: la prohibición de la tortura y los malos tratos. El derecho a no sufrir torturas y malos tratos, el respeto a la vida y a la integridad física y metal son básicos para una sociedad segura.
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Miles de menores de todo el mundo han conocido la angustia y el dolor a causa de las prácticas y políticas antiterroristas de Estados Unidos.
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Algunos de ellos han permanecido recluidos, prácticamente en régimen de incomunicación, de forma indefinida, sin cargos ni juicio; otros han sido torturados o sometidos a tratos crueles, inhumanos y degradantes; y otros muchos sufren en sus hogares la ausencia de padres, hermanos y demás familiares, recluidos indefinidamente, en ocasiones, desde hace años.
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Se cree que las autoridades estadounidenses han llegado a recluir a 17 menores en la bahía de Guantánamo. Cuatro de ellos, tal vez más, continúan allí.
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Se trata de Mohammed al-Gharani y Omar Khadr, de 15 años de edad en el momento de su detención, Hassan bin Attash, de 17 cuando fue capturado, y Yousef al-Shehri, de 16 años.
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Según informes, otro detenido, Yassar al-Zahrani, contaba 17 años cuando fue detenido. Murió en Guantánamo en junio de 2006: al parecer, se ahorcó.
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Sólo se separó a tres de los menores recluidos en Guantánamo de los reclusos adultos, a pesar de que el derecho internacional exige que se proteja en modo especial a los menores de 18 años privados de libertad.
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Los demás han sido recluidos en condiciones de igual dureza que los adultos, con periodos prolongados en régimen de aislamiento, separados de sus familias y sin acceso a educación.
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Todos los que fueron puestos bajo custodia cuando aún eran menores de edad y trasladados a Guantánamo tienen ahora más de 18 años. Sin embargo, eso no altera el hecho de que el trato que recibieron antes violó principios internacionales relativos al trato de menores.
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La seguridad duradera y la verdadera justicia para las víctimas del “terrorismo” no pueden conseguirse sin juicios justos para las personas sospechosas de haber cometido graves abusos y sin el respeto a los derechos humanos de todos los detenidos. De otro modo, el "contraterrorismo" también se convierte en "terror".
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Desde el año 2001, las autoridades de Estados Unidos han intentado sistemáticamente impedir el acceso real a la justicia de los millares de detenidos bajo su custodia en el marco de la “guerra contra el terror”. Algunos han permanecido cinco años recluidos sin que ninguna autoridad judicial haya revisado el por qué de su detención o cómo han sido tratados durante su cautiverio.
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El 17 de octubre de 2006, el presidente de EE.UU., George Bush, firmó la Ley de Comisiones Militares, que codifica en la legislación estadounidense un sistema de justicia que no reúne los requisitos mínimos y que es discriminatorio para las personas detenidas en la base de Guantánamo, Afganistán y otros lugares. La Ley de Comisiones Militares ignora las normas de justicia establecidas en la Constitución, la ley federal y el sistema de justicia militar estadounidenses, así como en los tratados internacionales ratificados por Estados Unidos.
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TÉCNICAS COERCITIVAS.
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Bajo el nombre de técnicas “coercitivas” de interrogatorio el Gobierno estadounidense trata de burlar la prohibición internacional del uso de la tortura y otros malos tratos.
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La mayoría de estas técnicas no dejan señales físicas pero pueden tener consecuencias devastadoras para la víctima. Todos sabemos que los golpes hacen daño, podemos imaginar el dolor de postura en tensión o el suplicio de no recibir comida, agua o atención médica. Pero muchas de estas técnicas van dirigidas a la mente, a doblegar al prisionero al interrogatorio, causando un miedo intenso, destruyendo su seguridad y su identidad. ¿cuánto daño hacen en realidad?
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Algunas técnicas narradas por detenidos de las tropas norteamericanas y británicas son autorizadas personalmente por el Secretario de Defensa:
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Aislamiento prologando
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No parece muy dañino, pero en una persona aislada por meses sin causa justificada causa depresión y desorientación. Un persona en estas circunstancias comienza a oír voces, hablar con personas inexistentes y se mantiene agazapado en un rincón.
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Privación o manipulación sensorial
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El encapuchamiento con música elevada aísla al prisionero, le impide respirar y le produce pánico y desorientación. Tras 40 minutos comienza a sufrir alucinaciones.
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El uso de luces potente e interrupciones cada cuarto de hora son prácticas utilizadas tanto por tropas norteamericanas como británicas en Irak y Afganistán.
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Humillaciones sexuales y de otro tipo
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Los abusos sexuales causan dolor y humillación. Obligar a la víctima a permanecer desnuda, o a adoptar posturas sexualmente degradantes, utilizar los prejuicios de género y homosexualidad suponen una agresión contra la identidad de la víctima que además suele padecer el aislamiento de su comunidad.
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En Abu Ghraib, la humillación sexual se utilizaba como parte del interrogatorio.
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Privación de sueño
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Largos periodos de tiempo con interrupción reiterada del sueño afectan a las habilidades del razonamiento, a la memoria a corto plazo e incluso al deterioro en el habla.
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Según la Convención sobre la Tortura de las Naciones Unidas Tortura es infligir intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener información o una confesión, o de castigarla, intimidarla o coaccionarla.
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Tras la 2ª Guerra Mundial todos los gobiernos del mundo asumieron el consenso de que la tortura y los malos tratos son prácticas repugnantes, detestables e inmorales así lo plasmaron
en la legislación internacional. La Tortura no es admisible y nunca está justificada, ni siquiera en guerras o situaciones de emergencia..
Bajo el argumento de que la tortura da seguridad se han empleado técnicas coercitivas de interrogatorio, justificando su uso de forma limitada y controlada sólo aplicable a circunstancias urgentes y extremas.
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Pero la dureza de los métodos utilizados suele aumentar: la bofetada que no hace hablar a un prisionero se convierte en un golpe. Si el golpe no sirve es preciso infligir más dolor. Resumiendo, una vez que se abre la puerta a la tortura o los malos tratos, su uso se institucionaliza rápidamente. Y una vez que esto sucede, nadie está a salvo.
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Los derechos humanos no son un lujo para los buenos tiempos. Deben ser respetados siempre, también en épocas de peligro e inseguridad para no sobrepasar la línea que ningún gobierno puede cruzar: la prohibición de la tortura y los malos tratos. El derecho a no sufrir torturas y malos tratos, el respeto a la vida y a la integridad física y metal son básicos para una sociedad segura.
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Miles de menores de todo el mundo han conocido la angustia y el dolor a causa de las prácticas y políticas antiterroristas de Estados Unidos.
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Algunos de ellos han permanecido recluidos, prácticamente en régimen de incomunicación, de forma indefinida, sin cargos ni juicio; otros han sido torturados o sometidos a tratos crueles, inhumanos y degradantes; y otros muchos sufren en sus hogares la ausencia de padres, hermanos y demás familiares, recluidos indefinidamente, en ocasiones, desde hace años.
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Se cree que las autoridades estadounidenses han llegado a recluir a 17 menores en la bahía de Guantánamo. Cuatro de ellos, tal vez más, continúan allí.
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Se trata de Mohammed al-Gharani y Omar Khadr, de 15 años de edad en el momento de su detención, Hassan bin Attash, de 17 cuando fue capturado, y Yousef al-Shehri, de 16 años.
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Según informes, otro detenido, Yassar al-Zahrani, contaba 17 años cuando fue detenido. Murió en Guantánamo en junio de 2006: al parecer, se ahorcó.
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Sólo se separó a tres de los menores recluidos en Guantánamo de los reclusos adultos, a pesar de que el derecho internacional exige que se proteja en modo especial a los menores de 18 años privados de libertad.
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Los demás han sido recluidos en condiciones de igual dureza que los adultos, con periodos prolongados en régimen de aislamiento, separados de sus familias y sin acceso a educación.
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Todos los que fueron puestos bajo custodia cuando aún eran menores de edad y trasladados a Guantánamo tienen ahora más de 18 años. Sin embargo, eso no altera el hecho de que el trato que recibieron antes violó principios internacionales relativos al trato de menores.
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La seguridad duradera y la verdadera justicia para las víctimas del “terrorismo” no pueden conseguirse sin juicios justos para las personas sospechosas de haber cometido graves abusos y sin el respeto a los derechos humanos de todos los detenidos. De otro modo, el "contraterrorismo" también se convierte en "terror".
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Desde el año 2001, las autoridades de Estados Unidos han intentado sistemáticamente impedir el acceso real a la justicia de los millares de detenidos bajo su custodia en el marco de la “guerra contra el terror”. Algunos han permanecido cinco años recluidos sin que ninguna autoridad judicial haya revisado el por qué de su detención o cómo han sido tratados durante su cautiverio.
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El 17 de octubre de 2006, el presidente de EE.UU., George Bush, firmó la Ley de Comisiones Militares, que codifica en la legislación estadounidense un sistema de justicia que no reúne los requisitos mínimos y que es discriminatorio para las personas detenidas en la base de Guantánamo, Afganistán y otros lugares. La Ley de Comisiones Militares ignora las normas de justicia establecidas en la Constitución, la ley federal y el sistema de justicia militar estadounidenses, así como en los tratados internacionales ratificados por Estados Unidos.
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TÉCNICAS COERCITIVAS.
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Bajo el nombre de técnicas “coercitivas” de interrogatorio el Gobierno estadounidense trata de burlar la prohibición internacional del uso de la tortura y otros malos tratos.
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La mayoría de estas técnicas no dejan señales físicas pero pueden tener consecuencias devastadoras para la víctima. Todos sabemos que los golpes hacen daño, podemos imaginar el dolor de postura en tensión o el suplicio de no recibir comida, agua o atención médica. Pero muchas de estas técnicas van dirigidas a la mente, a doblegar al prisionero al interrogatorio, causando un miedo intenso, destruyendo su seguridad y su identidad. ¿cuánto daño hacen en realidad?
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Algunas técnicas narradas por detenidos de las tropas norteamericanas y británicas son autorizadas personalmente por el Secretario de Defensa:
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Aislamiento prologando
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No parece muy dañino, pero en una persona aislada por meses sin causa justificada causa depresión y desorientación. Un persona en estas circunstancias comienza a oír voces, hablar con personas inexistentes y se mantiene agazapado en un rincón.
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Privación o manipulación sensorial
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El encapuchamiento con música elevada aísla al prisionero, le impide respirar y le produce pánico y desorientación. Tras 40 minutos comienza a sufrir alucinaciones.
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El uso de luces potente e interrupciones cada cuarto de hora son prácticas utilizadas tanto por tropas norteamericanas como británicas en Irak y Afganistán.
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Humillaciones sexuales y de otro tipo
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Los abusos sexuales causan dolor y humillación. Obligar a la víctima a permanecer desnuda, o a adoptar posturas sexualmente degradantes, utilizar los prejuicios de género y homosexualidad suponen una agresión contra la identidad de la víctima que además suele padecer el aislamiento de su comunidad.
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En Abu Ghraib, la humillación sexual se utilizaba como parte del interrogatorio.
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Privación de sueño
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Largos periodos de tiempo con interrupción reiterada del sueño afectan a las habilidades del razonamiento, a la memoria a corto plazo e incluso al deterioro en el habla.
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La Orden Bonaria se suma a la campaña mundial contra la tortura en la "guerra contra el terror", y solicita al Gobierno de Estados Unidos, y a su Pueblo Soberano:
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DETENGA la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes en la “guerra contra el terror”.
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CIERRE el campo de detención de Guantánamo, presentar cargos contra los detenidos en virtud de la legislación estadounidense ante los tribunales de Estados Unidos o ponerlos en libertad.
CIERRE el campo de detención de Guantánamo, presentar cargos contra los detenidos en virtud de la legislación estadounidense ante los tribunales de Estados Unidos o ponerlos en libertad.
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PONGA FIN a la detención secreta y en régimen de incomunicación, a la “desaparición” y a la práctica de enviar a personas a países en los que estén en peligro de sufrir tortura.
PONGA FIN a la detención secreta y en régimen de incomunicación, a la “desaparición” y a la práctica de enviar a personas a países en los que estén en peligro de sufrir tortura.
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IMPIDA el uso de información obtenida mediante tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes.
IMPIDA el uso de información obtenida mediante tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes.
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INVESTIGUE, a través de una comisión de investigación independiente creada por el Congreso de Estados Unidos, las políticas y prácticas de todos los organismos estadounidenses pertinentes en materia de detención e interrogatorio en la “guerra contra el terror”, en cualquier lugar del mundo.
INVESTIGUE, a través de una comisión de investigación independiente creada por el Congreso de Estados Unidos, las políticas y prácticas de todos los organismos estadounidenses pertinentes en materia de detención e interrogatorio en la “guerra contra el terror”, en cualquier lugar del mundo.
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PROCESE a todos los responsables de haber cometido u ordenado actos de tortura u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes.
PROCESE a todos los responsables de haber cometido u ordenado actos de tortura u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes.
