Mons. Delgado hizo una invocación religiosa en el aniversario del fallecimiento de San Martín.
"‘En el Nombre de Dios Todopoderoso...’ Estas palabras encabezan el testamento del General San Martín. Al Dios Todopoderoso, Creador y Señor de todas las cosas, Padre misericordioso de todos los hombres, elevamos nuestros corazones al conmemorar otro aniversario de la entrada en la inmortalidad del Libertador General Don José de San Martín. Lo hacemos desde esta tierra sanjuanina, testigo y protagonista de su gesta de libertad". Así lo expresó el arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Alfonso Delgado, en una invocación religiosa que efectuó esta tarde con motivo del aniversario
del fallecimiento del Padre de la Patria.
Monseñor Delgado dijo que cuando San Martín "pide a los patriotas de entonces (y de ahora), que ‘entiendan que la existencia, los intereses y cuanto hay de más amable, deben sacrificarlo por la Patria’, entendemos que todo sacrificio resulta poco por el bien de la Nación, de sus Provincias, de sus instituciones y del pueblo argentino". Cuando "recuerda que ‘al hombre honrado no le es permitido ser indiferente al sentimiento de la justicia’, nos está reclamando honestidad, honradez, rectitud, transparencia, respeto a la ley, condiciones indispensables para vivir dignamente en sociedad".
En referencia a la anécdota de un soldado que le impidió a San Martín ingresar al polvorín vestido de uniforme y botas militares porque iba contra las órdenes del mismo General, expresó: "Este suceso pequeño de un hombre grande puede orientarnos en una etapa del país donde pareciera que casi no hay ley, pues nos hemos acostumbrado a no respetarla, a violarla, a hacerla o modificarla a medida, a cambiarla o a anularla con la misma facilidad con que se cambia una camisa. De este modo, se destroza la justicia y desaparece la seguridad que brinda el derecho en una sociedad normal; se empobrecen y degradan las instituciones de la Nación".
El prelado también hizo una reflexión respecto de la máxima "Serás lo que debas ser, o si no, no serás nada". Sostuvo que "vale" tanto para las personas como para los países y subrayó: "En nuestras manos se encuentra el camino para ser Nación y para el bien de los argentinos. Nuestra Patria sigue necesitando de hombres con sentido de grandeza y dignidad, más que de los eternos aprovechadores de los frutos del trabajo del pueblo. Nuestra Patria necesita más de próceres que de dirigentes políticos y sociales de horizontes cortos. Nuestra Patria necesita que los responsables de nuestras instituciones puedan entrar "por la puerta grande de la historia" en vez de escaparse cobardemente por las ventanas de la corrupción, de la incapacidad o del desprecio a la ley. San Martín, Sarmiento, y muchos más fueron capaces de entrar en la gran historia argentina, no sin sufrimientos y renunciamientos. ¿Podremos seguir esos ejemplos?".+
Texto completo de la invocación religiosa
"‘En el Nombre de Dios Todopoderoso...’ Estas palabras encabezan el testamento del General San Martín. Al Dios Todopoderoso, Creador y Señor de todas las cosas, Padre misericordioso de todos los hombres, elevamos nuestros corazones al conmemorar otro aniversario de la entrada en la inmortalidad del Libertador General Don José de San Martín. Lo hacemos desde esta tierra sanjuanina, testigo y protagonista de su gesta de libertad". Así lo expresó el arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Alfonso Delgado, en una invocación religiosa que efectuó esta tarde con motivo del aniversario
del fallecimiento del Padre de la Patria.Monseñor Delgado dijo que cuando San Martín "pide a los patriotas de entonces (y de ahora), que ‘entiendan que la existencia, los intereses y cuanto hay de más amable, deben sacrificarlo por la Patria’, entendemos que todo sacrificio resulta poco por el bien de la Nación, de sus Provincias, de sus instituciones y del pueblo argentino". Cuando "recuerda que ‘al hombre honrado no le es permitido ser indiferente al sentimiento de la justicia’, nos está reclamando honestidad, honradez, rectitud, transparencia, respeto a la ley, condiciones indispensables para vivir dignamente en sociedad".
En referencia a la anécdota de un soldado que le impidió a San Martín ingresar al polvorín vestido de uniforme y botas militares porque iba contra las órdenes del mismo General, expresó: "Este suceso pequeño de un hombre grande puede orientarnos en una etapa del país donde pareciera que casi no hay ley, pues nos hemos acostumbrado a no respetarla, a violarla, a hacerla o modificarla a medida, a cambiarla o a anularla con la misma facilidad con que se cambia una camisa. De este modo, se destroza la justicia y desaparece la seguridad que brinda el derecho en una sociedad normal; se empobrecen y degradan las instituciones de la Nación".
El prelado también hizo una reflexión respecto de la máxima "Serás lo que debas ser, o si no, no serás nada". Sostuvo que "vale" tanto para las personas como para los países y subrayó: "En nuestras manos se encuentra el camino para ser Nación y para el bien de los argentinos. Nuestra Patria sigue necesitando de hombres con sentido de grandeza y dignidad, más que de los eternos aprovechadores de los frutos del trabajo del pueblo. Nuestra Patria necesita más de próceres que de dirigentes políticos y sociales de horizontes cortos. Nuestra Patria necesita que los responsables de nuestras instituciones puedan entrar "por la puerta grande de la historia" en vez de escaparse cobardemente por las ventanas de la corrupción, de la incapacidad o del desprecio a la ley. San Martín, Sarmiento, y muchos más fueron capaces de entrar en la gran historia argentina, no sin sufrimientos y renunciamientos. ¿Podremos seguir esos ejemplos?".+
Texto completo de la invocación religiosa
AICA.-
