Friday, August 17, 2007

Y TEMBLÓ PACHAMAMA.-



“La Pachamama está enojada y hay que calmarla”, dice un quechua de mientras corre hacia un lugar abierto, seguro.

Líbrenos Dios del enfurruñamiento de los dioses y de los estertores de la madre tierra, la Pachamama de los indígenas americanos. Hay pueblos que sostienen que los furores telúricos en forma de terremotos, volcanes o inundaciones no son sino expresiones de la ira de la Pachamama ante los desafueros que se cometen con ella.

La Pacha Mama, es un dios femenino, que produce, que engendra. Su morada está en el Carro Blanco (Nevado de Cachi), y se cuenta que en la cumbre hay un lago que rodea a una isla. Esta isla es habitada por un toro de astas doradas que al bramar emite por la boca nubes de tormenta.
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El primero de agosto es el día de la PACHAMAMA. Ese día se entierra en un lugar cerca de la casa una olla de barro con comida cocida. También se pone coca, yisca, alcohol, vino, cigarros y chicha para carar (alimentar) a la Pachamama. Ese mismo día hay que ponerse unos cordones de hilo blanco y negro, confeccionados con lana de llama hilando hacia la izquierda. Estos cordones se atan en los tobillos, las muñecas y el cuello, para evitar el castigo de la Pachamama. (Extraído del relato de un pastor colla de Yaví, Jujuy. En: Vidal de Battini, Berta).
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Fuente: Diccionario de Mitos y Leyendas - Equipo NayA