Susan Shown Harjo es una destacada líder Cheyenne. Defensora de los derechos de su nación, es además escritora y una de las voces indígenas más reconocidas del periodismo norteamericano. Entrevistada por Azkintuwe en Philadelphia, Harjo reflexionó sobre la situación de los nativoamericanos y la actual coyuntura electoral que protagonizan el demócrata Barack Obama y el republicano John McCain, uno de los cuales será mañana martes electo Presidente de los EE.UU.
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Susan Shown Harjo (1945) tiene triple nacionalidad. Es miembro de la Nación Cheyenne y además de la Hodulgee Muscogee. “Cheyenne por parte de padre, Muscogee por parte de madre y estadounidense por lamentables circunstancias históricas”, precisa. Su bisabuelo, el Jefe Bull Bear, fue uno de los líderes de la resistencia Cheyenne contra la opresión del gobierno de EE.UU a fines del siglo XIX. Su abuelo, Thunderbird (Richard Davis), un destacado artista y escritor, reconocido por mantener vivas ceremonias tradicionales de su pueblo como el Baile del Sol (Sun Dance) cuando estas fueron proscritas por las autoridades.
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Hasta los 11 años Susan vivió en una reserva de Oklahoma, en una modesta vivienda sin alcantarillado ni electricidad. Entre los 12 y 16 ella residió en Nápoles, Italia, donde su padre fue enviado tras ser enrolado en el Ejército de Estados Unidos. De regreso con su familia, Harjo se instaló en Nueva York, donde años más tarde iniciaría una exitosa carrera como periodista radial y escritora. Autora de numerosos libros y columnista estable del periódico Indian Country Today, Susan ha sido invitada a diversos programas de televisión, incluyendo los populares shows de Oprah Winfrey y Larry King.
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Actualmente Susan es presidenta del Morning Star Institute en Washington D.C. Creado en 1984 en memoria de su marido Frank, la institución aboga por los derechos indígenas y el establecimiento de políticas para proteger las tierras sagradas, la cultura y el medioambiente al interior de las reservas. Entrevistada por Azkintuwe en la ciudad de Philadelphia, Harjo reflexionó sobre la situación de los nativoamericanos en EE.UU y la actual coyuntura presidencial que protagonizan el demócrata Barack Obama y el republicano John McCain.
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En una segunda parte, a publicar este miércoles, Harjo compartirá pasajes de su historia en los 70' con el American Indian Movement (AIM), el gobierno de Richard Nixon y el injusto encarcelamiento de Leonard Peltier.
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- Susan, la realidad vuestra es bastante desconocida por los mapuches. ¿Nos podrías ilustrar cuál es la situación actual de las naciones nativoamericanas?
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En los EE.UU tenemos 561 naciones reconocidas a nivel federal. Es decir, naciones indígenas que mantienen una relación particular con los EE.UU, estas relaciones son de nación a nación, de gobierno a gobierno, algunas tienen tratados y otras no los tienen. Entre 1778 y 1871 se firmaron más de 300 tratados. También tenemos leyes generales, de aplicación para todos. Uno de nuestros principales expertos en tratados fue Vine Deloria (1933-2005), además uno de nuestros intelectuales más prolíficos, autor de 25 libros, entre ellos “Custer Died for Your Sins” (Custer murió por sus pecados), “God is Red” (Dios es rojo) y “We Talk, You Listen” (Nosotros hablamos, ustedes escuchan), que murió el año 2005 y quien era mi gran amigo. En los años 60 Deloria fue el director del Congreso Nacional del Indio Americano (NCAI), que es la organización mas antigua y más grande en norteamérica, la misma que en los 80' tuve el honor de encabezar.
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Deloria decía que las leyes generales eran ajustes a los tratados. Por ejemplo, la Ley de la Salud del Indio, la Ley de la Libertad Religiosa del Indio Americano, la Ley de la Protección y Repatriación de los Entierros de Nativos Americanos, la Ley de la Propiedad del Indio Americano, leyes de pesca específicas, etc., entonces, tenemos leyes que cubren áreas específicas por si alguien se enferma, por si alguna nación quiere pescar en un sitio determinado, por si alguien reclama su derecho a la tierra. Este marco normativo permite que los derechos de todos, con o sin tratado histórico de por medio, sean reconocidos. Por otro lado existen tribus que no son reconocidas por el gobierno federal, que buscan tener relaciones y reconocimiento del gobierno estadounidense. Nosotros hemos realizado mucho trabajo con estas naciones que por algún motivo no se las reconoce, tal vez por decisión de algún burócrata de Washington que determinó que nadie que viva al este del río Mississipi puede ser indígena, argumentos estúpidos que buscamos contrarrestar.
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- ¿Qué deben hacer para demostrar que son quienes dicen que son?
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Para lograr este reconocimiento deben buscar en los archivos, buscar linaje y genealogía para como dices, demostrar que son quienes dicen que son. Algunos nativos los apoyan en esta lucha y otros dicen: “no, no queremos que se reconozcan más tribus”. Es un proceso complejo y lo ha sido por un siglo. Hay tribus en Norteamérica que han firmado tratados, que sus abuelos firmaron tratados, pero que no son reconocidos. En las generaciones pasadas también algunos estados han querido exterminar a estas tribus. Esto también se ha dado en los tiempos modernos con el estado de Virginia, que dijo “o eres blanco o eres negro”. El estado de Virginia no reconoce a nadie más. Ahora hay una ley en el Congreso Nacional del Indio Americano para que se reconozca a estas tribus, ellos acuden a esta instancia para intentar ser reconocidos. No es determinante, pero les ayuda que nuestro Congreso les de la bienvenida, que declare que si son naciones indígenas. Los tribunales americanos también pueden fallar que una tribu es o no una tribu. También pueden pasar por el proceso federal administrativo de reconocimiento o pueden peticionar al Congreso estadounidense o bien pueden hacer una combinación de todos estos caminos. Puedes notar que ni siquiera hemos decidido quienes somos todos nosotros.
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- Se encuentran ustedes inmersos hoy en una coyuntura electoral. ¿Qué tan determinante es el voto indígena en los EE.UU?
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Los nativoamericanos representamos cerca de tres millones de habitantes, el uno por ciento de la población del país. Sin embargo, en algunos estados representamos un bloque electoral significativo y el voto indio marca muchas veces la diferencia. Esto ocurre en Wisconsin, Arizona, Colorado, Dakota del Sur, Dakota del Norte, Washington, Nevada, Montana, Nuevo México y Alaska. También Oklahoma, que tiene la población mas grande de nativos americanos, aunque allí la diferencia entre intención de voto entre demócratas y republicanos es bastante grande. En la presente década, los indígenas americanos hemos inclinado la balanza en las elecciones de dos legisladores demócratas al Senado de Estados Unidos. En Dakota del Sur, en 2002, el senador Tim Johnson ganó al republicano John Thune y fue la reserva de Pine Ridge la que le dio a Johnson el margen de la victoria. En 2006, el demócrata Jon Tester consiguió la mayoría del voto indígena americano en Montana, derrotando al republicano que ocupaba el cargo, el senador Conrad Burns. Trato de graficar que el voto indio cobra cada día mayor fuerza y en la próxima elección presidencial no será diferente.
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- Al respecto, ¿cómo ha sido históricamente la relación de los nativoamericanos con el gobierno estadounidense?
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Complicada. Depende en verdad de qué presidente hizo tal o cual cosa a quién (risas). O qué general hizo tal o cual cosa a quién. Republicanos y demócratas tienen sus manos manchadas con sangre india. En el caso de mi gente, los Muscogee Creek, a quienes se les obligó a abandonar sus tierras a punta de bayoneta, violando tratados anteriores, todos odian al presidente Andrew Jackson (1829-1835) porque él fue responsable principal del proceso de desplazamiento de todas las naciones indias sureñas hacia el oeste del río Mississipi, a una zona que se llamó “Territorio Indio” y que fue el primer precedente del sistema de reservaciones. Entonces, por años y años, por más de un siglo, una vez que los Muscogee pudieron votar, todos eran republicanos porque Jackson era un presidente demócrata y el odio persistía. Un caso contrario fue lo sucedido con los Dakota y los Sioux, cuya gente fue ejecutada por el presidente Abraham Lincoln (1861-1865), eso fue el año 1862, cuando tras un alzamiento en Minnesota fueron ahorcados 38 indígenas, la mayor ejecución pública en la historia de los EE.UU.
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- ¿Hablamos del mismo Lincoln que pasó a la historia por abolir la esclavitud en EE.UU?
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El mismo. A su vez que decretaba la Ley de Emancipación de los Esclavos, decretaba el ahorcamiento público de nuestros ancestros. Por esta razón, como Lincoln era republicano, todos los indios de ese territorio pasaron a formar parte del partido demócrata. Ahora en los tiempos modernos estas historias de atropellos se traducen en que algunas naciones indígenas mandan una carta de saludo a cada presidente nuevo, y siempre llaman al presidente con el mismo nombre que daban al presidente Washington los miembros de la Confederación Iroquese de los Seis Fuegos: “Sr. Destructor de los pueblos”. Eso te va diciendo cuál ha sido históricamente la relación de los nativoamericanos con el gobierno estadounidense. Pero siempre nos pedían ayuda, más bien si les convenía a sus intereses. George Washington acudió a algunos Muscogee para enfrentar a los británicos, uno de mis ancestros llegó a ser general del ejército de Washington. Cuando el presidente Lincoln estaba en la guerra civil, el llamó también a mis parientes, los Cheyennes y todos los jefes de las grandes praderas enviaron representantes a Washington D.C., a firmar un tratado que disponía lo que Lincoln había pedido, que era que se mantuvieran neutrales en la Guerra Civil. Mi bisabuelo, el jefe Bull Bear, era quien encabezaba la delegación de los Cheyennes que se reunió con el presidente Lincoln, esto en el año 1863.
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- Existían fluidas relaciones de tipo diplomático al parecer.
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Exactamente. Entonces, cuando preguntas por las relaciones entre los nativoamericanos y el gobierno, depende en verdad de qué pueblo y de qué periodo histórico estamos hablando. En el caso de mi gente, han sido relaciones complejas. Mis ancestros, por ejemplo, firmaron también con George Washington un tratado en Nueva York, por tanto relacionarme con las autoridades norteamericanas es bastante normal, forma parte incluso de mi historia familiar. Por otro lado, nosotros los Cheyenne masacramos al general Custer en 1876, en la batalla de Little Big Horn y nos alegra haberlo hecho, lo merecía, el decía “el único indio bueno es el indio muerto”, que es algo que dijeron de todos nosotros en el hemisferio. Yo siento que soy uno de aquellos guerreros Cheyenne que dio el tiro de gracia al general Custer, uno de aquellos que aplastaron al ejército estadounidense bajo las órdenes del gran jefe sioux Tasunka Witko, también llamado Crazy Horse (Caballo Desbocado). Todo ello es lo que somos y cuando vamos a Washington D.C., a tratar algún tema con las autoridades tratamos de no olvidar de dónde venimos, tratamos de no olvidar el sacrificio de nuestros ancestros, tratamos de no olvidar lo que ellos nos han hecho y lo que nos deben todavía.
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- ¿Existe para ustedes alguna diferencia entre una administración demócrata de una republicana?
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Si, por supuesto. Hay factores modernos que inciden en una diferencia, pero depende mucho de qué estado se este hablando y de qué nación indígena, porque puede que un presidente sea un mal presidente para los EE.UU en general pero un buen presidente para la gente de su propio estado. Bueno, eso puede suceder, excepto con George Bush que es malo para todos sin distinción (risas). Pero su padre fue muy bueno para las naciones indígenas, el firmó la Ley de Repatriación de los Restos de Nativoamericanos, que permitió recuperar piezas almacenadas en museos y colecciones privadas. Lo curioso es que fue el abuelo del actual presidente George W. Bush, es decir, el padre del presidente George Bush, quien había excavado la tumba de Gerónimo y llevó incluso el cráneo a la Universidad de Yale. Yo creo que George Bush acordó firmar la Ley de Repatriación para de alguna manera compensar lo obrado por su padre, de alguna manera siento que el se sentía mal por lo que había sucedido, si casi no tuvimos que convencerlo. El también firmó la Ley del Museo Nacional del Indio Americano, muchas leyes de retorno de tierras, etc. No sabemos específicamente qué lo llevó a aprobar estas leyes, a veces es la influencia de algún consejero, yo creo que fue su propia historia familiar que pesaba en su conciencia. Muchas veces en las relaciones con el gobierno y en las decisiones de las autoridades respecto de los nativoamericanos operan mecanismos misteriosos que nunca podemos clarificar o entender del todo.
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- ¿Como interpretan ustedes, en este marco de reconocimiento de tratados y diplomacia de los nativoamericanos con el gobierno norteamericano, la postura del presidente Bush de no apoyar la Declaración Universal de Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU, en septiembre del año pasado aquí en Nueva York?
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Hay dos interpretaciones posibles. Por un lado, porque Estados Unidos está siendo gobernado no por gente que se dice solo conservadora, sino gente egoísta, voraz, avarienta y demente. El actual presidente es un miope, no ve ni tiene ninguna visión, es como un bebe pequeño, malcriado, que cuando quiere algo lo toma sin respeto y cuando no quiere algo, lo deja. Cualquier otra administración liberal o conservadora habría dicho, “vamos a perder el voto y por tanto vamos a votar con la mayoría, es algo pequeño que podemos hacer y es parte del juego diplomático”. Pero no fue así y creo trataron de marcar un punto, decir al mundo que ellos pueden hacer lo que quieran, donde quieran y como quieran. Querían demostrar la fuerza del poderoso, como en la invasión a Irak, donde han actuado fuera de toda legalidad internacional y apoyo interno. Pero fue una actitud infantil, porque no ganaron, todos los demás países ganaron, los pueblos indígenas del mundo ganaron finalmente. Y tampoco perdimos nosotros, ya que nuestros derechos están consagrados en diversas leyes federales desde hace mucho tiempo, independiente o no del futuro de dicha Declaración.
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- ¿Cuál ha sido vuestra reacción tras lo acontecido en la ONU? Porque independiente de vuestra legislación interna, incluso unos pasos más adelantada que la propia Declaración, la votación en contra de EE.UU generó un amplio rechazo en el movimiento indígena a nivel mundial.
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Nosotros también planteamos nuestro malestar porque somos parte, nos sentimos parte del movimiento indígena global. Y estamos en la ONU, participamos de esas instancias también. Lo que hicimos en concreto fue decirle al gobierno de Bush que no queríamos hablar nuevamente con ellos, señalamos que íbamos a tener tratos solo con la próxima administración. Lo que sucedió trajo sus consecuencias internas, muchas naciones indígenas se pasaron al bando demócrata, apoyando a Barack Obama por este voto de rechazo en Naciones Unidas de Bush. Tal vez lo que diré no se entienda mucho en Latinoamérica, pero Bush con su voto en contra se alejó de toda una línea de comportamiento en materia indígena de la Casa Blanca. Quisiera saber si hubo algo en la trastienda, si hubo diálogo con China o con la India, si es que Bush estaba actuando también dando señales a estos países, porque esta política de negación de los derechos indígenas es la que caracteriza por ejemplo a China, allí tenemos a los hermanos del Tibet luchando no solo por sus derechos, también por mantenerse con vida. Supuestamente, en papel, esta no es la política de los EE.UU con las naciones indígenas. Entonces si no es una expresión de su política para con nosotros, bien puede ser la expresión de su política para con otros. Esta es una segunda interpretación que hacemos. Y esto tiene que atarse necesariamente con intereses geopolíticos y estratégicos de su administración que sobrepasan a los nativoamericanos a nivel interno.
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- ¿Cuáles son los principales puntos que usted destaca en la propuesta para los nativoamericanos del candidato Barack Obama?
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Obama se asocia a si mismo con los aspectos positivos de la ley federal que favorece a los nativoamericanos. Plantea que es posible hacer ciertas cosas específicas para mejorar todo dentro del marco legal ya existente. Por ejemplo, prometiendo más recursos para el sistema de salud de las reservas. También propone cambios en materia de jurisdicción, un tema polémico en el Congreso. Acá las naciones indígenas tenemos derecho a jurisdicción propia. Tenemos jurisdicción sobre nuestra gente en nuestros territorios, pero no tenemos atribuciones sobre gente blanca en nuestros territorios. Obama plantea una reforma a objeto de ampliar esta atribución de nuestros gobiernos indígenas para poder juzgar a no nativos en algunas áreas específicas, por ejemplo, en materia de violencia doméstica. En los años 80' se logró ampliar nuestras atribuciones de jurisdicción para delitos sexuales cometidos por blancos, eso fue un avance, pero que costó mucho conseguirlo. Obama hoy propone seguir avanzando en este sentido y ello lo vemos con buenos ojos. Con respecto a la protección de los lugares sagrados, Obama está reiterando su apoyo para darle protección legal a estos sitios y si se logra un Congreso con mayoría demócrata, que es el escenario que yo vislumbro, es posible que muchas de estas propuestas prosperen. Es mi esperanza.
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- Algo me ha sorprendido. He leído la propuesta de Obama referida a los nativoamericanos y habla en un primer punto del respeto a vuestro derecho a la autodeterminación, "tribal self-determination", dice en su programa. Y lo plantea no como un horizonte a conquistar sino más bien como un derecho ya existente y que es deber de la Casa Blanca garantizar. Los reconoce además como, cito textual: "entidades soberanas, autónomas políticamente como estados y que establecen una relación de-gobierno-a-gobierno con el gobierno federal de los Estados Unidos". "Autodeterminación" y "autogobierno" son conceptos que generan terror en los estados latinoamericanos y principalmente al estado de Chile, uno de los más atrasados de la región en la materia y que solo reconoce la existencia de una nación, una cultura, una lengua, la "chilena", por supuesto. Al respecto, ¿en qué consiste la autodeterminación tribal y el autogobierno, y desde cuándo existe aquí en los EE.UU?
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Hay que señalar de partida que las tribus indígenas de Estados Unidos somos consideradas “naciones independientes dentro del país”. Como tales, conservamos poderes soberanos sobre nuestra población y territorios, excepto cuando las leyes estadounidenses han modificado dichos poderes. Más que miembros de una minoría racial, los indígenas de Estados Unidos somos pueblos indígenas del continente americano con condición jurídica semejante a la doble nacionalidad. Ese es nuestro estatus. En este marco se inscribe el reconocimiento de nuestro derecho al autogobierno. El presidente Nixon, en 1971, emitió una declaración sobre asuntos indígenas y trazó el camino de la autodeterminación de nuestras naciones. En su declaración Nixon reprobó la “eliminación forzosa” de las tribus y nos caracterizó como “entidades políticas individuales con categoría especial bajo las leyes de Estados Unidos”. En este marco, el derecho al autogobierno en múltiples materias quedó garantizado para nosotros.
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Más tarde, el año 1975 bajo la administración Ford, la promulgación de la Ley de Autodeterminación Indígena y de Ayuda a la Educación otorgó a nuestros pueblos mayor control en la gestión de programas y servicios federales, tanto en educación, como en salud, vivienda, sistema judicial, bienestar social, inclusive cuerpos de policía tribal. En concreto esta ley implicó que en vez de tener a la gubernamental Oficina de Asuntos Indios administrando los programas o te diera sus servicios, tú podías contratar esos servicios o administrarlos. Ellos lo pagaban, pero tú los administrabas como reservación o tribu. Por tanto, una nación india “X” podía acudir y negociar muchos programas y decir, queremos manejar el bienestar infantil, los programas educativos, construir escuelas, servicios sociales, parques nacionales, etc. De manera que constantemente nuestras naciones comenzaron a negociar atribuciones con el gobierno estatal y federal. Ese es el fundamento del autogobierno vigente hoy en día.
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- Eso es más avanzado que cualquier legislación indígena que se haya aprobado en Chile. Incluso sorprende que John McCain prometa también en su programa de gobierno, cito textual: “proteger la soberanía tribal y la singular relación de gobierno a gobierno con las tribus indígenas”. Difícil de creer para un mapuche (risas).
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Lo entiendo (risas). El nuestro es un modelo fantástico si uno lo lleva al máximo de sus potencialidades, pero no todo es color de rosas. La autodeterminación también implica un riesgo, en EE.UU algunas tribus han hecho un desastre de todo esto, porque la autodeterminación implica que uno tiene también el derecho de malograr las cosas tan mal o peor de como lo ha estado haciendo el gobierno federal (risas). Existen casos que no son dignos de destacar, donde estas amplias atribuciones han generado más conflictos que soluciones, con administraciones tribales corruptas, etc. Son casos cada días más puntuales, pero existen. Hoy nuestras relaciones con los EE.UU son de nación a nación, de gobierno a gobierno, bajo un marco de confianza para el mejor interés de nuestros pueblos. Pero en broma decimos que esta relación de “confianza” se basa en que nosotros no confiamos en ellos y ellos no confían en nosotros (risas), por tanto, hay un equilibrio. Nixon fue un villano por el caso de Watergate, pero para la causa de la autodeterminación indígena el fue un héroe (risas). La Ley de Autodeterminación Indígena y de Ayuda a la Educación se promulgó con el presidente Ford, pero se trabajó en gran parte bajo el gobierno de Nixon, eso hay que reconocerlo.
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- Fuera de EE.UU llama poderosamente la atención los casinos de juegos que administran algunas tribus. Entiendo que el año pasado vuestros casinos facturaron más ganancias que todos aquellos de Las Vegas y Atlantic City, algo sorprendente. Nos podrías contar desde cuándo existen estos casinos y también de los impactos, positivos y negativos, que han generado al interior de vuestras naciones indígenas.
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Los casinos tienen su origen en la Ley para la Reglamentación del Juego en las Tierras Indígenas, que se promulgó el año 1988, bajo la presidencia de Ronald Reagan. Esta ley autorizó a las tribus a abrir establecimientos dedicados a juegos de azar en sus tierras, después de negociar acuerdos con los gobiernos estatales. Sobre los impactos negativos, se habla mucho de esto y a veces demasiado sin base, la verdad no sabemos los impactos sociales que están generando, es imposible medirlos antes de 30 o 50 años. La industria del azar es algo nuevo para nosotros y en su momento fue visto como un interesante polo de desarrollo. Es verdad que existen zonas donde la tasa de criminalidad, alcoholismo y de suicidios de nuestros adolescentes es mayor a la media norteamericana, pero este fenómeno existe desde antes de la instalación de los casinos y obedece a muchos factores que se mantienen en el tiempo, como la discriminación existente en la sociedad americana hacia nuestras naciones en algunos estados, entre otros. Más de la mitad de nuestra población vive hoy en las ciudades, menos de la mitad hoy viven en tierra indígena, las circunstancias son distintas para cada nación.
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- Pero hay voces que hablan de graves impactos culturales y el arribo de fenómenos como las mafias y la corrupción a vuestros pueblos.
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Si, un discurso muchas veces interesado. El senador John McCain ha señalado que desde que empezaron los casinos se ha incrementado la corrupción, nosotros no lo tenemos tan claro. Han existido casos y los responsables han sido juzgados y enviados a la cárcel como cualquier criminal, pero han sido casos aislados, como suceden también en Las Vegas o en Florida y con mayor cotidianeidad. Muchas veces se usan estos argumentos para intentar limitar esta Ley para la Reglamentación del Juego en las Tierras Indígenas, que afecta a muchos intereses empresariales no indígenas. Hubieron muchos casos donde se buscó detener la creación de casinos por parte de tribus y estas contiendas llegaron hasta la Corte Suprema. El estado de Florida intentó frenar a los Seminoles, pero finalmente primó su derecho y soberanía que fue reconocida por la Corte. En Florida existen hoy dos tribus con negocios de juego; los Seminoles, con seis casinos y salones de bingo en todo el estado, ellos son dueños además de la franquicia Hard Rock Cafe en Hollywood y en Tampa que compraron en 965 millones de dólares hace dos años. La otra tribu son los Miccosukees, que tienen un casino en el oeste de Miami-Dade. Los casinos de ambas tribus generaron ganancias el 2007 por 1.600 millones de dólares. Y esto repercute en varios niveles, uno de ellos el bienestar social, puesto que la ley establece que al menos un 60% de los beneficios de los casinos tiene que tener como destino algún proyecto para mejorar la comunidad.
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- ¿Y se cumple esto?
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Como en toda industria, en algunas partes se cumple bien, en otras no tanto. No es un sistema perfecto. Pero yo destaco los impactos positivos. Estos comenzaron muy humildemente al principio, por ejemplo, darle leña a los ancianos, algo muy básico pero que en algunas reservaciones era vital. Entregar bonos navideños, bonos para el Día de Acción de Gracias, etc, eso era cuando los juegos se limitaban a gente de la tribu, muy al principio. Yo estuve involucrada en las negociaciones de la Nación Pequot para adquirir tierras y emplazar un casino. Hoy tienen el casino más grande del mundo, el Foxwoods Resort Casino. Ellos no tenían su idioma, lo habían perdido, no tenían danzas, vestimentas, eran un grupo pequeñito, que iban a desaparecer. Hoy son más ricos que los Rockefeller's y han ido construyendo escuelas para recuperar su idioma, han recuperado sus danzas, su arte, han usado el dinero para revitalizar su cultura e identidad. Ellos resucitaron a su nación, ¿no es eso emocionante?
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- Me parece sorprendente.
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El dinero es el dinero, no importa de donde venga, eso decían ellos y llegado el momento donaron 10 millones de dólares para el Museo Nacional del Indio Americano. Ellos resucitaron cosas que los libros de historia decían extintas y eso es sorprendente. El dinero de los casinos ha servido entonces para cosas como estas, yo soy testigo de ello. Antes habían muchas reclamaciones de tierras, especialmente de lugares sagrados, que cumplían décadas en tribunales. Hoy algunas tribus van y dicen; "¿Cuánto cuesta esa tierra? ¿1 millón, 2 millones de dólares? ¡La compramos!".¡Y lo hacen! y vuelven allí a realizar sus ceremonias tradicionales, con sus familias.
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- Pero imagino que la norma no es esa. Es decir, existen imágenes chocantes de pobreza, alcoholismo y dependencia absoluta en algunas reservaciones del proteccionismo estatal, especialmente avanzando hacia la costa Oeste. Más que "naciones independientes" remiten a "colonias pobres".
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Absolutamente. En EE.UU hay cerca de 30 naciones nativoamericanas que son muy ricas, las otras tienen algo de dinero y la mayoría como apuntas nada de dinero, con elevados índices de pobreza, analfabetismo, alcoholismo, criminalidad, todo ello agravado además por graves deficiencias en la gestión de sus gobiernos tribales. Sucede también que muchas naciones ricas tienen 2 mil, 3 mil personas en un territorio, los Seminoles no superan los 3.500, mientras que otras naciones pobres, como los Navajo, que poseen el territorio autónomo indio más grande en los EE.UU, son 200 mil personas. Hoy las 30 que son muy ricas están viendo cómo apoyar al resto, generando industria, privilegiando el comercio intertribal, explorando fórmulas diversas. Son procesos que están hoy en marcha y que son complejos, nada fáciles de abordar. Existen tratados entre las naciones que se han establecido y no son solo tratados que hablan de los derechos indios o la cultura. Incluyen también lo financiero, lo comercial, las inversiones, el desarrollo, sin esos aspectos ninguna nación puede proyectarse en el tiempo. Nuestros abuelos lo entendieron muy bien, es cosa de leer el contenido de los tratados que firmaron y que, lamentablemente, poco fueron respetados.
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Susan Shown Harjo (1945) tiene triple nacionalidad. Es miembro de la Nación Cheyenne y además de la Hodulgee Muscogee. “Cheyenne por parte de padre, Muscogee por parte de madre y estadounidense por lamentables circunstancias históricas”, precisa. Su bisabuelo, el Jefe Bull Bear, fue uno de los líderes de la resistencia Cheyenne contra la opresión del gobierno de EE.UU a fines del siglo XIX. Su abuelo, Thunderbird (Richard Davis), un destacado artista y escritor, reconocido por mantener vivas ceremonias tradicionales de su pueblo como el Baile del Sol (Sun Dance) cuando estas fueron proscritas por las autoridades.
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Hasta los 11 años Susan vivió en una reserva de Oklahoma, en una modesta vivienda sin alcantarillado ni electricidad. Entre los 12 y 16 ella residió en Nápoles, Italia, donde su padre fue enviado tras ser enrolado en el Ejército de Estados Unidos. De regreso con su familia, Harjo se instaló en Nueva York, donde años más tarde iniciaría una exitosa carrera como periodista radial y escritora. Autora de numerosos libros y columnista estable del periódico Indian Country Today, Susan ha sido invitada a diversos programas de televisión, incluyendo los populares shows de Oprah Winfrey y Larry King.
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Actualmente Susan es presidenta del Morning Star Institute en Washington D.C. Creado en 1984 en memoria de su marido Frank, la institución aboga por los derechos indígenas y el establecimiento de políticas para proteger las tierras sagradas, la cultura y el medioambiente al interior de las reservas. Entrevistada por Azkintuwe en la ciudad de Philadelphia, Harjo reflexionó sobre la situación de los nativoamericanos en EE.UU y la actual coyuntura presidencial que protagonizan el demócrata Barack Obama y el republicano John McCain.
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En una segunda parte, a publicar este miércoles, Harjo compartirá pasajes de su historia en los 70' con el American Indian Movement (AIM), el gobierno de Richard Nixon y el injusto encarcelamiento de Leonard Peltier.
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- Susan, la realidad vuestra es bastante desconocida por los mapuches. ¿Nos podrías ilustrar cuál es la situación actual de las naciones nativoamericanas?
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En los EE.UU tenemos 561 naciones reconocidas a nivel federal. Es decir, naciones indígenas que mantienen una relación particular con los EE.UU, estas relaciones son de nación a nación, de gobierno a gobierno, algunas tienen tratados y otras no los tienen. Entre 1778 y 1871 se firmaron más de 300 tratados. También tenemos leyes generales, de aplicación para todos. Uno de nuestros principales expertos en tratados fue Vine Deloria (1933-2005), además uno de nuestros intelectuales más prolíficos, autor de 25 libros, entre ellos “Custer Died for Your Sins” (Custer murió por sus pecados), “God is Red” (Dios es rojo) y “We Talk, You Listen” (Nosotros hablamos, ustedes escuchan), que murió el año 2005 y quien era mi gran amigo. En los años 60 Deloria fue el director del Congreso Nacional del Indio Americano (NCAI), que es la organización mas antigua y más grande en norteamérica, la misma que en los 80' tuve el honor de encabezar.
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Deloria decía que las leyes generales eran ajustes a los tratados. Por ejemplo, la Ley de la Salud del Indio, la Ley de la Libertad Religiosa del Indio Americano, la Ley de la Protección y Repatriación de los Entierros de Nativos Americanos, la Ley de la Propiedad del Indio Americano, leyes de pesca específicas, etc., entonces, tenemos leyes que cubren áreas específicas por si alguien se enferma, por si alguna nación quiere pescar en un sitio determinado, por si alguien reclama su derecho a la tierra. Este marco normativo permite que los derechos de todos, con o sin tratado histórico de por medio, sean reconocidos. Por otro lado existen tribus que no son reconocidas por el gobierno federal, que buscan tener relaciones y reconocimiento del gobierno estadounidense. Nosotros hemos realizado mucho trabajo con estas naciones que por algún motivo no se las reconoce, tal vez por decisión de algún burócrata de Washington que determinó que nadie que viva al este del río Mississipi puede ser indígena, argumentos estúpidos que buscamos contrarrestar.
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- ¿Qué deben hacer para demostrar que son quienes dicen que son?
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Para lograr este reconocimiento deben buscar en los archivos, buscar linaje y genealogía para como dices, demostrar que son quienes dicen que son. Algunos nativos los apoyan en esta lucha y otros dicen: “no, no queremos que se reconozcan más tribus”. Es un proceso complejo y lo ha sido por un siglo. Hay tribus en Norteamérica que han firmado tratados, que sus abuelos firmaron tratados, pero que no son reconocidos. En las generaciones pasadas también algunos estados han querido exterminar a estas tribus. Esto también se ha dado en los tiempos modernos con el estado de Virginia, que dijo “o eres blanco o eres negro”. El estado de Virginia no reconoce a nadie más. Ahora hay una ley en el Congreso Nacional del Indio Americano para que se reconozca a estas tribus, ellos acuden a esta instancia para intentar ser reconocidos. No es determinante, pero les ayuda que nuestro Congreso les de la bienvenida, que declare que si son naciones indígenas. Los tribunales americanos también pueden fallar que una tribu es o no una tribu. También pueden pasar por el proceso federal administrativo de reconocimiento o pueden peticionar al Congreso estadounidense o bien pueden hacer una combinación de todos estos caminos. Puedes notar que ni siquiera hemos decidido quienes somos todos nosotros.
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- Se encuentran ustedes inmersos hoy en una coyuntura electoral. ¿Qué tan determinante es el voto indígena en los EE.UU?
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Los nativoamericanos representamos cerca de tres millones de habitantes, el uno por ciento de la población del país. Sin embargo, en algunos estados representamos un bloque electoral significativo y el voto indio marca muchas veces la diferencia. Esto ocurre en Wisconsin, Arizona, Colorado, Dakota del Sur, Dakota del Norte, Washington, Nevada, Montana, Nuevo México y Alaska. También Oklahoma, que tiene la población mas grande de nativos americanos, aunque allí la diferencia entre intención de voto entre demócratas y republicanos es bastante grande. En la presente década, los indígenas americanos hemos inclinado la balanza en las elecciones de dos legisladores demócratas al Senado de Estados Unidos. En Dakota del Sur, en 2002, el senador Tim Johnson ganó al republicano John Thune y fue la reserva de Pine Ridge la que le dio a Johnson el margen de la victoria. En 2006, el demócrata Jon Tester consiguió la mayoría del voto indígena americano en Montana, derrotando al republicano que ocupaba el cargo, el senador Conrad Burns. Trato de graficar que el voto indio cobra cada día mayor fuerza y en la próxima elección presidencial no será diferente.
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- Al respecto, ¿cómo ha sido históricamente la relación de los nativoamericanos con el gobierno estadounidense?
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Complicada. Depende en verdad de qué presidente hizo tal o cual cosa a quién (risas). O qué general hizo tal o cual cosa a quién. Republicanos y demócratas tienen sus manos manchadas con sangre india. En el caso de mi gente, los Muscogee Creek, a quienes se les obligó a abandonar sus tierras a punta de bayoneta, violando tratados anteriores, todos odian al presidente Andrew Jackson (1829-1835) porque él fue responsable principal del proceso de desplazamiento de todas las naciones indias sureñas hacia el oeste del río Mississipi, a una zona que se llamó “Territorio Indio” y que fue el primer precedente del sistema de reservaciones. Entonces, por años y años, por más de un siglo, una vez que los Muscogee pudieron votar, todos eran republicanos porque Jackson era un presidente demócrata y el odio persistía. Un caso contrario fue lo sucedido con los Dakota y los Sioux, cuya gente fue ejecutada por el presidente Abraham Lincoln (1861-1865), eso fue el año 1862, cuando tras un alzamiento en Minnesota fueron ahorcados 38 indígenas, la mayor ejecución pública en la historia de los EE.UU.
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- ¿Hablamos del mismo Lincoln que pasó a la historia por abolir la esclavitud en EE.UU?
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El mismo. A su vez que decretaba la Ley de Emancipación de los Esclavos, decretaba el ahorcamiento público de nuestros ancestros. Por esta razón, como Lincoln era republicano, todos los indios de ese territorio pasaron a formar parte del partido demócrata. Ahora en los tiempos modernos estas historias de atropellos se traducen en que algunas naciones indígenas mandan una carta de saludo a cada presidente nuevo, y siempre llaman al presidente con el mismo nombre que daban al presidente Washington los miembros de la Confederación Iroquese de los Seis Fuegos: “Sr. Destructor de los pueblos”. Eso te va diciendo cuál ha sido históricamente la relación de los nativoamericanos con el gobierno estadounidense. Pero siempre nos pedían ayuda, más bien si les convenía a sus intereses. George Washington acudió a algunos Muscogee para enfrentar a los británicos, uno de mis ancestros llegó a ser general del ejército de Washington. Cuando el presidente Lincoln estaba en la guerra civil, el llamó también a mis parientes, los Cheyennes y todos los jefes de las grandes praderas enviaron representantes a Washington D.C., a firmar un tratado que disponía lo que Lincoln había pedido, que era que se mantuvieran neutrales en la Guerra Civil. Mi bisabuelo, el jefe Bull Bear, era quien encabezaba la delegación de los Cheyennes que se reunió con el presidente Lincoln, esto en el año 1863.
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- Existían fluidas relaciones de tipo diplomático al parecer.
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Exactamente. Entonces, cuando preguntas por las relaciones entre los nativoamericanos y el gobierno, depende en verdad de qué pueblo y de qué periodo histórico estamos hablando. En el caso de mi gente, han sido relaciones complejas. Mis ancestros, por ejemplo, firmaron también con George Washington un tratado en Nueva York, por tanto relacionarme con las autoridades norteamericanas es bastante normal, forma parte incluso de mi historia familiar. Por otro lado, nosotros los Cheyenne masacramos al general Custer en 1876, en la batalla de Little Big Horn y nos alegra haberlo hecho, lo merecía, el decía “el único indio bueno es el indio muerto”, que es algo que dijeron de todos nosotros en el hemisferio. Yo siento que soy uno de aquellos guerreros Cheyenne que dio el tiro de gracia al general Custer, uno de aquellos que aplastaron al ejército estadounidense bajo las órdenes del gran jefe sioux Tasunka Witko, también llamado Crazy Horse (Caballo Desbocado). Todo ello es lo que somos y cuando vamos a Washington D.C., a tratar algún tema con las autoridades tratamos de no olvidar de dónde venimos, tratamos de no olvidar el sacrificio de nuestros ancestros, tratamos de no olvidar lo que ellos nos han hecho y lo que nos deben todavía.
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- ¿Existe para ustedes alguna diferencia entre una administración demócrata de una republicana?
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Si, por supuesto. Hay factores modernos que inciden en una diferencia, pero depende mucho de qué estado se este hablando y de qué nación indígena, porque puede que un presidente sea un mal presidente para los EE.UU en general pero un buen presidente para la gente de su propio estado. Bueno, eso puede suceder, excepto con George Bush que es malo para todos sin distinción (risas). Pero su padre fue muy bueno para las naciones indígenas, el firmó la Ley de Repatriación de los Restos de Nativoamericanos, que permitió recuperar piezas almacenadas en museos y colecciones privadas. Lo curioso es que fue el abuelo del actual presidente George W. Bush, es decir, el padre del presidente George Bush, quien había excavado la tumba de Gerónimo y llevó incluso el cráneo a la Universidad de Yale. Yo creo que George Bush acordó firmar la Ley de Repatriación para de alguna manera compensar lo obrado por su padre, de alguna manera siento que el se sentía mal por lo que había sucedido, si casi no tuvimos que convencerlo. El también firmó la Ley del Museo Nacional del Indio Americano, muchas leyes de retorno de tierras, etc. No sabemos específicamente qué lo llevó a aprobar estas leyes, a veces es la influencia de algún consejero, yo creo que fue su propia historia familiar que pesaba en su conciencia. Muchas veces en las relaciones con el gobierno y en las decisiones de las autoridades respecto de los nativoamericanos operan mecanismos misteriosos que nunca podemos clarificar o entender del todo.
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- ¿Como interpretan ustedes, en este marco de reconocimiento de tratados y diplomacia de los nativoamericanos con el gobierno norteamericano, la postura del presidente Bush de no apoyar la Declaración Universal de Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU, en septiembre del año pasado aquí en Nueva York?
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Hay dos interpretaciones posibles. Por un lado, porque Estados Unidos está siendo gobernado no por gente que se dice solo conservadora, sino gente egoísta, voraz, avarienta y demente. El actual presidente es un miope, no ve ni tiene ninguna visión, es como un bebe pequeño, malcriado, que cuando quiere algo lo toma sin respeto y cuando no quiere algo, lo deja. Cualquier otra administración liberal o conservadora habría dicho, “vamos a perder el voto y por tanto vamos a votar con la mayoría, es algo pequeño que podemos hacer y es parte del juego diplomático”. Pero no fue así y creo trataron de marcar un punto, decir al mundo que ellos pueden hacer lo que quieran, donde quieran y como quieran. Querían demostrar la fuerza del poderoso, como en la invasión a Irak, donde han actuado fuera de toda legalidad internacional y apoyo interno. Pero fue una actitud infantil, porque no ganaron, todos los demás países ganaron, los pueblos indígenas del mundo ganaron finalmente. Y tampoco perdimos nosotros, ya que nuestros derechos están consagrados en diversas leyes federales desde hace mucho tiempo, independiente o no del futuro de dicha Declaración.
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- ¿Cuál ha sido vuestra reacción tras lo acontecido en la ONU? Porque independiente de vuestra legislación interna, incluso unos pasos más adelantada que la propia Declaración, la votación en contra de EE.UU generó un amplio rechazo en el movimiento indígena a nivel mundial.
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Nosotros también planteamos nuestro malestar porque somos parte, nos sentimos parte del movimiento indígena global. Y estamos en la ONU, participamos de esas instancias también. Lo que hicimos en concreto fue decirle al gobierno de Bush que no queríamos hablar nuevamente con ellos, señalamos que íbamos a tener tratos solo con la próxima administración. Lo que sucedió trajo sus consecuencias internas, muchas naciones indígenas se pasaron al bando demócrata, apoyando a Barack Obama por este voto de rechazo en Naciones Unidas de Bush. Tal vez lo que diré no se entienda mucho en Latinoamérica, pero Bush con su voto en contra se alejó de toda una línea de comportamiento en materia indígena de la Casa Blanca. Quisiera saber si hubo algo en la trastienda, si hubo diálogo con China o con la India, si es que Bush estaba actuando también dando señales a estos países, porque esta política de negación de los derechos indígenas es la que caracteriza por ejemplo a China, allí tenemos a los hermanos del Tibet luchando no solo por sus derechos, también por mantenerse con vida. Supuestamente, en papel, esta no es la política de los EE.UU con las naciones indígenas. Entonces si no es una expresión de su política para con nosotros, bien puede ser la expresión de su política para con otros. Esta es una segunda interpretación que hacemos. Y esto tiene que atarse necesariamente con intereses geopolíticos y estratégicos de su administración que sobrepasan a los nativoamericanos a nivel interno.
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- ¿Cuáles son los principales puntos que usted destaca en la propuesta para los nativoamericanos del candidato Barack Obama?
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Obama se asocia a si mismo con los aspectos positivos de la ley federal que favorece a los nativoamericanos. Plantea que es posible hacer ciertas cosas específicas para mejorar todo dentro del marco legal ya existente. Por ejemplo, prometiendo más recursos para el sistema de salud de las reservas. También propone cambios en materia de jurisdicción, un tema polémico en el Congreso. Acá las naciones indígenas tenemos derecho a jurisdicción propia. Tenemos jurisdicción sobre nuestra gente en nuestros territorios, pero no tenemos atribuciones sobre gente blanca en nuestros territorios. Obama plantea una reforma a objeto de ampliar esta atribución de nuestros gobiernos indígenas para poder juzgar a no nativos en algunas áreas específicas, por ejemplo, en materia de violencia doméstica. En los años 80' se logró ampliar nuestras atribuciones de jurisdicción para delitos sexuales cometidos por blancos, eso fue un avance, pero que costó mucho conseguirlo. Obama hoy propone seguir avanzando en este sentido y ello lo vemos con buenos ojos. Con respecto a la protección de los lugares sagrados, Obama está reiterando su apoyo para darle protección legal a estos sitios y si se logra un Congreso con mayoría demócrata, que es el escenario que yo vislumbro, es posible que muchas de estas propuestas prosperen. Es mi esperanza.
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- Algo me ha sorprendido. He leído la propuesta de Obama referida a los nativoamericanos y habla en un primer punto del respeto a vuestro derecho a la autodeterminación, "tribal self-determination", dice en su programa. Y lo plantea no como un horizonte a conquistar sino más bien como un derecho ya existente y que es deber de la Casa Blanca garantizar. Los reconoce además como, cito textual: "entidades soberanas, autónomas políticamente como estados y que establecen una relación de-gobierno-a-gobierno con el gobierno federal de los Estados Unidos". "Autodeterminación" y "autogobierno" son conceptos que generan terror en los estados latinoamericanos y principalmente al estado de Chile, uno de los más atrasados de la región en la materia y que solo reconoce la existencia de una nación, una cultura, una lengua, la "chilena", por supuesto. Al respecto, ¿en qué consiste la autodeterminación tribal y el autogobierno, y desde cuándo existe aquí en los EE.UU?
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Hay que señalar de partida que las tribus indígenas de Estados Unidos somos consideradas “naciones independientes dentro del país”. Como tales, conservamos poderes soberanos sobre nuestra población y territorios, excepto cuando las leyes estadounidenses han modificado dichos poderes. Más que miembros de una minoría racial, los indígenas de Estados Unidos somos pueblos indígenas del continente americano con condición jurídica semejante a la doble nacionalidad. Ese es nuestro estatus. En este marco se inscribe el reconocimiento de nuestro derecho al autogobierno. El presidente Nixon, en 1971, emitió una declaración sobre asuntos indígenas y trazó el camino de la autodeterminación de nuestras naciones. En su declaración Nixon reprobó la “eliminación forzosa” de las tribus y nos caracterizó como “entidades políticas individuales con categoría especial bajo las leyes de Estados Unidos”. En este marco, el derecho al autogobierno en múltiples materias quedó garantizado para nosotros.
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Más tarde, el año 1975 bajo la administración Ford, la promulgación de la Ley de Autodeterminación Indígena y de Ayuda a la Educación otorgó a nuestros pueblos mayor control en la gestión de programas y servicios federales, tanto en educación, como en salud, vivienda, sistema judicial, bienestar social, inclusive cuerpos de policía tribal. En concreto esta ley implicó que en vez de tener a la gubernamental Oficina de Asuntos Indios administrando los programas o te diera sus servicios, tú podías contratar esos servicios o administrarlos. Ellos lo pagaban, pero tú los administrabas como reservación o tribu. Por tanto, una nación india “X” podía acudir y negociar muchos programas y decir, queremos manejar el bienestar infantil, los programas educativos, construir escuelas, servicios sociales, parques nacionales, etc. De manera que constantemente nuestras naciones comenzaron a negociar atribuciones con el gobierno estatal y federal. Ese es el fundamento del autogobierno vigente hoy en día.
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- Eso es más avanzado que cualquier legislación indígena que se haya aprobado en Chile. Incluso sorprende que John McCain prometa también en su programa de gobierno, cito textual: “proteger la soberanía tribal y la singular relación de gobierno a gobierno con las tribus indígenas”. Difícil de creer para un mapuche (risas).
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Lo entiendo (risas). El nuestro es un modelo fantástico si uno lo lleva al máximo de sus potencialidades, pero no todo es color de rosas. La autodeterminación también implica un riesgo, en EE.UU algunas tribus han hecho un desastre de todo esto, porque la autodeterminación implica que uno tiene también el derecho de malograr las cosas tan mal o peor de como lo ha estado haciendo el gobierno federal (risas). Existen casos que no son dignos de destacar, donde estas amplias atribuciones han generado más conflictos que soluciones, con administraciones tribales corruptas, etc. Son casos cada días más puntuales, pero existen. Hoy nuestras relaciones con los EE.UU son de nación a nación, de gobierno a gobierno, bajo un marco de confianza para el mejor interés de nuestros pueblos. Pero en broma decimos que esta relación de “confianza” se basa en que nosotros no confiamos en ellos y ellos no confían en nosotros (risas), por tanto, hay un equilibrio. Nixon fue un villano por el caso de Watergate, pero para la causa de la autodeterminación indígena el fue un héroe (risas). La Ley de Autodeterminación Indígena y de Ayuda a la Educación se promulgó con el presidente Ford, pero se trabajó en gran parte bajo el gobierno de Nixon, eso hay que reconocerlo.
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- Fuera de EE.UU llama poderosamente la atención los casinos de juegos que administran algunas tribus. Entiendo que el año pasado vuestros casinos facturaron más ganancias que todos aquellos de Las Vegas y Atlantic City, algo sorprendente. Nos podrías contar desde cuándo existen estos casinos y también de los impactos, positivos y negativos, que han generado al interior de vuestras naciones indígenas.
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Los casinos tienen su origen en la Ley para la Reglamentación del Juego en las Tierras Indígenas, que se promulgó el año 1988, bajo la presidencia de Ronald Reagan. Esta ley autorizó a las tribus a abrir establecimientos dedicados a juegos de azar en sus tierras, después de negociar acuerdos con los gobiernos estatales. Sobre los impactos negativos, se habla mucho de esto y a veces demasiado sin base, la verdad no sabemos los impactos sociales que están generando, es imposible medirlos antes de 30 o 50 años. La industria del azar es algo nuevo para nosotros y en su momento fue visto como un interesante polo de desarrollo. Es verdad que existen zonas donde la tasa de criminalidad, alcoholismo y de suicidios de nuestros adolescentes es mayor a la media norteamericana, pero este fenómeno existe desde antes de la instalación de los casinos y obedece a muchos factores que se mantienen en el tiempo, como la discriminación existente en la sociedad americana hacia nuestras naciones en algunos estados, entre otros. Más de la mitad de nuestra población vive hoy en las ciudades, menos de la mitad hoy viven en tierra indígena, las circunstancias son distintas para cada nación.
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- Pero hay voces que hablan de graves impactos culturales y el arribo de fenómenos como las mafias y la corrupción a vuestros pueblos.
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Si, un discurso muchas veces interesado. El senador John McCain ha señalado que desde que empezaron los casinos se ha incrementado la corrupción, nosotros no lo tenemos tan claro. Han existido casos y los responsables han sido juzgados y enviados a la cárcel como cualquier criminal, pero han sido casos aislados, como suceden también en Las Vegas o en Florida y con mayor cotidianeidad. Muchas veces se usan estos argumentos para intentar limitar esta Ley para la Reglamentación del Juego en las Tierras Indígenas, que afecta a muchos intereses empresariales no indígenas. Hubieron muchos casos donde se buscó detener la creación de casinos por parte de tribus y estas contiendas llegaron hasta la Corte Suprema. El estado de Florida intentó frenar a los Seminoles, pero finalmente primó su derecho y soberanía que fue reconocida por la Corte. En Florida existen hoy dos tribus con negocios de juego; los Seminoles, con seis casinos y salones de bingo en todo el estado, ellos son dueños además de la franquicia Hard Rock Cafe en Hollywood y en Tampa que compraron en 965 millones de dólares hace dos años. La otra tribu son los Miccosukees, que tienen un casino en el oeste de Miami-Dade. Los casinos de ambas tribus generaron ganancias el 2007 por 1.600 millones de dólares. Y esto repercute en varios niveles, uno de ellos el bienestar social, puesto que la ley establece que al menos un 60% de los beneficios de los casinos tiene que tener como destino algún proyecto para mejorar la comunidad.
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- ¿Y se cumple esto?
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Como en toda industria, en algunas partes se cumple bien, en otras no tanto. No es un sistema perfecto. Pero yo destaco los impactos positivos. Estos comenzaron muy humildemente al principio, por ejemplo, darle leña a los ancianos, algo muy básico pero que en algunas reservaciones era vital. Entregar bonos navideños, bonos para el Día de Acción de Gracias, etc, eso era cuando los juegos se limitaban a gente de la tribu, muy al principio. Yo estuve involucrada en las negociaciones de la Nación Pequot para adquirir tierras y emplazar un casino. Hoy tienen el casino más grande del mundo, el Foxwoods Resort Casino. Ellos no tenían su idioma, lo habían perdido, no tenían danzas, vestimentas, eran un grupo pequeñito, que iban a desaparecer. Hoy son más ricos que los Rockefeller's y han ido construyendo escuelas para recuperar su idioma, han recuperado sus danzas, su arte, han usado el dinero para revitalizar su cultura e identidad. Ellos resucitaron a su nación, ¿no es eso emocionante?
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- Me parece sorprendente.
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El dinero es el dinero, no importa de donde venga, eso decían ellos y llegado el momento donaron 10 millones de dólares para el Museo Nacional del Indio Americano. Ellos resucitaron cosas que los libros de historia decían extintas y eso es sorprendente. El dinero de los casinos ha servido entonces para cosas como estas, yo soy testigo de ello. Antes habían muchas reclamaciones de tierras, especialmente de lugares sagrados, que cumplían décadas en tribunales. Hoy algunas tribus van y dicen; "¿Cuánto cuesta esa tierra? ¿1 millón, 2 millones de dólares? ¡La compramos!".¡Y lo hacen! y vuelven allí a realizar sus ceremonias tradicionales, con sus familias.
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- Pero imagino que la norma no es esa. Es decir, existen imágenes chocantes de pobreza, alcoholismo y dependencia absoluta en algunas reservaciones del proteccionismo estatal, especialmente avanzando hacia la costa Oeste. Más que "naciones independientes" remiten a "colonias pobres".
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Absolutamente. En EE.UU hay cerca de 30 naciones nativoamericanas que son muy ricas, las otras tienen algo de dinero y la mayoría como apuntas nada de dinero, con elevados índices de pobreza, analfabetismo, alcoholismo, criminalidad, todo ello agravado además por graves deficiencias en la gestión de sus gobiernos tribales. Sucede también que muchas naciones ricas tienen 2 mil, 3 mil personas en un territorio, los Seminoles no superan los 3.500, mientras que otras naciones pobres, como los Navajo, que poseen el territorio autónomo indio más grande en los EE.UU, son 200 mil personas. Hoy las 30 que son muy ricas están viendo cómo apoyar al resto, generando industria, privilegiando el comercio intertribal, explorando fórmulas diversas. Son procesos que están hoy en marcha y que son complejos, nada fáciles de abordar. Existen tratados entre las naciones que se han establecido y no son solo tratados que hablan de los derechos indios o la cultura. Incluyen también lo financiero, lo comercial, las inversiones, el desarrollo, sin esos aspectos ninguna nación puede proyectarse en el tiempo. Nuestros abuelos lo entendieron muy bien, es cosa de leer el contenido de los tratados que firmaron y que, lamentablemente, poco fueron respetados.