
El Corán es claro al acusar a algunos cristianos de tergiversación del verdadero Evangelio de Jesús; pero no pocos autores musulmanes se preguntan si tales críticas se pueden generalizar a los cristianos actuales. No solamente porque el Corán admite la existencia de verdaderos cristianos, sino porque, de hecho, Mahoma sólo conoció el cristianismo de Iglesias heréticas orientales. En el Corán, se advierten claramente trazas de los evangelios apócrifos. Mahoma parece creer que la Trinidad cristiana está formada por Dios Padre, Jesús y María. Pero, en cualquier caso, se reconoce que “los cristianos son los amigos más próximos de los musulmanes”. Se admite con convicción la inmaculada concepción de María y su virginidad, la concepción de Jesús por obra del espíritu Santo, la capacidad de Jesús de obrar milagros, su filiación divina, su ascensión al cielo y su segunda venida al fin de los tiempos.
Pero se rechaza su divinidad, su filiación divina y su muerte en cruz. Jesús es uno de los profetas más importantes del islam y, para algunos, el más importante después de Mahoma. La mística musulmana va incluso más allá al reconocer en Jesús el paradigma de la santidad y de la proximidad de Dios.
En su segunda venida, Jesús será la síntesis de toda la santidad musulmana y de las otras religiones. El místico Hallaj (s. X) es crucificado por considerarse cristificado y divinizado en Cristo, y Ibn Arabî (s. XIII) afirma la divinidad de Jesús, admite que sea del “linaje de Dios” y postula una cierta formulación trinitaria de Dios: Allâh, al-Rahmân, al-Rahîm.