Exposición dada a la Honorable Comisión Directiva del Centro Liceista Metropolitano Argentino a solicitud de su Presidente y Bailó Hereditario de la Orden Bonaria Dr Ricardo Munafo Dauccía, por el Prior General De Argentina y Coronel del la Guar
dia de Honor de Alabarderos de Nuestra Señora y Cuerpo de Emergencias Bonario Fr+Carlos Gustavo Lavado Roqué OB+J Embajador Cultural de la Royal and Imperial House of Orient
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La misma se realizó en el Salón de la Promociones del Centro de Oficiales de las Fuerzas Armadas (Av Quintana 161 Recoleta – Ciudad Autónoma de Buenos Aires) el 03 de julio de 2007.
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ORÍGENES DE LA ADVOCACIÓN
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Entre los años 1324 y 1326 los catalano-aragoneses, durante el asedio a la ciudad de Cagliari, construyeron sus casas y una iglesia en una colina llamada por ellos BONAYRE, de aires buenos o saludables, en contraposición al aire malsano de las zonas palúdicas del Campidano.
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En 1370, una nave que se dirigía de España a Italia, debido a una tempestad, tuvo que arrojar al mar gran cantidad de bultos. Uno de ellos no se hundió sino que flotando delante de la nave, a la que parecía guiar, llegó a la costa de Cagliari. Unos pescadores encontraron posteriormente la caja de madera (conservada, al parecer, en el Museo del Santuario) que se resistía a ser transportada, suponemos que por su excesivo peso. Fueron unos frailes mercedarios que pasaron por el lugar quienes, misteriosamente sin dificultad, pudieron llevar la caja hasta su convento. Al abrirla, encontraron una hermosa imagen de la Virgen María, de madera, con un Niño Jesús sonriente y rozagante que sostenía un globo, representando el mundo, en el brazo izquierdo, y en la mano derecha portaba una candela o cirio encendido. Posteriormente se le colocó una nave o carabela, cuyo palo mayor es el cirio.
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La hermosa talla de puro estilo griego bizantino, probablemente haya tenido como primitiva advocación, según señala don Guillermo Gallardo, la de la Candelaria.
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La imagen fue colocada en una capilla lateral de la iglesia. A la mañana siguiente los frailes la encontraron en el altar central, sin que nadie la hubiera llevado.
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Estos misteriosos movimientos nocturnos se repitieron varios días, hasta que la imagen fue dejada en el altar mayor desde donde hoy domina el interior del Santuario.
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A raíz de estos portentos, la iglesia, dedicada inicialmente a la Santísima Trinidad, fue puesta bajo la advocación de la VIRGEN DE BONARIA.
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A esta imagen, según opinión de algunos, se la bautizó con el nombre de Bonaria (Buen aire) porque fray Carlos Catalán, mercedario, fundador del convento, había profetizado que con la llegada de una imagen de la Virgen se limpiaría la ciudad de malaria (repárese en la palabra: malaria frente a bonaria) y “buenos aires soplarían en esta tierra”; según otros, se la bautizó con el nombre de Bonaria porque así se llamaba la colina sobre la cual se levanta el convento mercedario.
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Pronto se constituyó en Protectora y Patrona de los navegantes. Su fama pasó a España, por acción de los padres mercedarios y de los mismos navegantes españoles. Famosa fue la Cofradía de Mareantes de Sevilla, que tenía por titular a Santa María de los Buenos Aires, que no desconocía don Pedro de Mendoza, fundador del Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires, a quien en su testamento llama “Patrona y Abogada de todos sus fechos”.
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Conviene reseñar, además, que don Pedro de Mendoza llevaba en su escudo nobiliario el lema: “Ave María, gratia plena”.
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Antes del descubrimiento de América existía en el barrio de Triana, a orillas del Guadalquivir a su paso por la ciudad de Sevilla, un hospital y Cofradía de Navegantes cuya capilla tenía la advocación de Nuestra Señora del Buen Aire.
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En particular merece ser recordada la historia del cagliaritano Leonardo Gribeo, que a mediados del siglo XVI, navegando a lo largo de la costa de Córcega, naufragó durante una tempestad. En lucha desesperada contra las olas logró rescatar una pequeña reproducción de la Virgen de Bonaria a quien le atribuyó el milagro.
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Tan general y tan consagrada era esta devoción, que las carabelas de los exploradores del Atlántico, desde Colón a Solís, Gabotto y Mendoza, tenían grabada la efigie de la Virgen de los Buenos Aires en el centro de la Rosa de Bitácora que, como todos sabemos, es el emblema y cuadrante de los vientos.
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Cuando bajo las órdenes del Rey de España, el oficial don Pedro de Mendoza, el 24 de Agosto de 1535, guió una expedición para descubrir nuevas tierras entre el Río de la Plata y el estrecho de Magallanes, enroló en la flota al mismo Leonardo Gribeo.
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La flota zarpó de Sanlúcar de Barrameda derecha hacia occidente. Las naves remontaron el Río de la Plata hasta la isla de San Gabriel y fondearon donde es hoy la dársena del Puerto de Buenos Aires. El 2 de Febrero de 1536 fundaron el Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires, así llamado en homenaje a la Virgen del Buen aire, patrona de los navegantes y adorada en Cagliari y Cerdeña en Italia y Sevilla en España, por sugerencia del navegante cagliaritano siempre memorioso de la milagrosa intervención de la protectora de los marinos. Será Juan de Garay quien, el 11 de Junio de 1580, funda la “ciudad” de la Santísima Trinidad en el Puerto de Santa María de los Buenos Aires. Es interesante que Garay conservara la denominación elegida por Mendoza y que, al final, ha sido el nombre que ha perdurado para la actual capital de Argentina, Buenos aires.
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Carlos I reconoció los méritos de don Pedro de Mendoza, nombrándolo Adelantado y Gobernador General de las tierras del Río de la Plata, es decir, Señor de las tierras y riquezas que conquistase en el amplísimo territorio de su gobernación de los cuales se les hacía DONACIÓN PERPETUA a él, a sus descendientes, sucesores y delegados que nombrase en caso que después de tres años quisiera retirarse a vivir en la Corte.
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Gracias a la meritísima labor de Fray José Márquez, O. de M., se levanta un hermoso templo de estilo gótico italiano en honor de Nuestra Señora de los Buenos Aires, en Avenida Gaona y Espinosa, en la ciudad que lleva su nombre, y al cual es un deber peregrinar.
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LA INSTAURACIÓN DE LA ORDEN
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La Siempre Noble y Augusta Orden de Santa María de los Buenos Ayres, Orden Bonaria, se desarrolló durante el tiempo de los Virreyes del río de la Plata, integrándola destacadísimos hidalgos, todos ellos Caballeros de enorme fervor mariano; adormecida permaneciendo in pectore et in potentia, bajo el cuidado del Fuero de Hidalgos del Río de la Plata.
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RENOVACIÓN DE LA ORDEN
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Muchas fueron las circunstancias, que llevaron a esta escisión dentro de la Orden.
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Buscando el trabajo por los demás a través de los Proyectos Humanitarios, viendo la gran expansión en países como Thailandia, Rusia, Irak, Filipinas, etc. donde no podemos imponer creencias religiosas, ni sentimientos individuales basados en la idiosincrasia de nuestros orígenes.
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Intentando no imponer una Orden Teocrática, y Oligárquica, sino dentro de un consenso democrático. Siendo todas las Damas y Caballeros, los que elijan a quien será su figura, y cabeza a nivel internacional.
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La Orden debe de estar fuera de tópicos, y creencias colectivas. Cada Priorato General debe de velar por la identidad de la nación donde está asentado, asumiendo los Principios Dinásticos y caballerescos de la Orden, pero comprendiendo la historia particular de cada nación y de cada pueblo.
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Que somos caballeros de Nuestra Señora, desde el punto de vista de Madre Primigenia de todos los Seres Humanos, siendo el aire, lo primero que respiramos y lo último que expulsamos al morir.
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Que solo hay un fin en la Orden, solidarizarnos con los que nos necesitan, y llevar el ideal caballeresco hasta fines reales de compromiso con la Humanidad.
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Nuestra misión se sustenta en los principios cristianos de Esperanza, Caridad y Fe, los cuales conforman la base actitudinal de todos los futuros emprendimientos en las diferentes áreas.
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Caballeros de la Orden, hagamos un mundo mas justo y mas fraterno. Laus Domino!
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Pensamos en la Orden, que hay que aplicar las formas al método, buscar la excelencia en el trabajo, y aplicar el Código a la vida diaria .Hay una nueva Cruzada, y esta es, la mas hermosa…
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Luchemos, unámonos, levantemos el estandarte, llevemos Luz, Paz, Alimentos, Alegría, a quién la necesita……
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Seamos un remanso de paz, para el colérico, agua para el sediento, luz para el ciego, asiento para el cansado, maestros para el ignorante, forjemos un pilar en la decadencia de esta sociedad, y luchemos en Santa Cruzada, por un mundo mejor.
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Las Ordenes lejos de su extensión, son entes vivos, que apasionan a quienes conocen su naturaleza y que pueden aportar al mundo caótico y materialista, el calor de las virtudes caballerescas tan actuales como la cortesía, la lealtad, la generosidad y la franqueza, opuestas a las modernas pautas de conducta que enaltecen la mala educación, la traición, la mezquindad y el engaño como supremos valores del hombre de nuestro tiempo.
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Una Orden de Caballería es un ente colectivo con vida propia dedicado a un fin, que se pretende realizar corporativamente con pleno espíritu caballeresco. Sus distintivos constituyen lo externo, lo que efectivamente vale son los hechos, los actos, las realizaciones. “Por sus frutos los conoceréis” es una frase evangélica que resume certeramente lo que hasta aquí se ha expuesto.
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"La Orden tiene como fin promover la gloria de Dios, mediante la santificación de sus miembros, el servicio de la fe y de la Santa Sede y la ayuda al prójimo, en conformidad con su tradición secular."
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"Fiel a los divinos preceptos y a las consignas de Nuestro Señor Jesucristo, la Orden, guiada por las enseñanzas de la Iglesia, afirma y difunde la virtud cristiana de la caridad y de la fraternidad, ejerce las obras de misericordia, especialmente socorriendo a los enfermos, los emigrantes, los prófugos y los desterrados, la infancia abandonada y los pobres, procurando su elevación espiritual y reforzando su fe en Dios, y asistiendo a las misiones católicas. En modo particular, la Orden practica la asistencia a las víctimas de calamidades extraordinarias y a los heridos de guerra."
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El Compromiso actual de la Casa, es el Desarrollo, sin fines lucrativos, políticos o religiosos, surgida de una toma de conciencia y solidaridad ante las condiciones de desigualdad constatadas en diferentes regiones del mundo, siendo conscientes de la obligación moral de ayudar a los más desfavorecidos.
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El conocimiento de realidades, y condiciones de vida de extrema dureza y pobreza, dio origen a que el Príncipe optara, por el desarrollo humanitario, cuya finalidad principal es contribuir a dar solución a los problemas de estos sectores marginales y desprotegidos de la Sociedad.
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La necesidad de canalizar y planificar, de forma coherente, una ayuda asistencial que ya se venía realizando con anterioridad, conforma la realidad actual y el conjunto de actividades que se desarrollan desde esta Casa.
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Conscientes de la importancia de llevar a cabo políticas y programas de cooperación que permitan a sus beneficiarios el generar una capacidad de obtención de sus propios recursos, evitando, de esta manera, relaciones de dependencia sobrevenidas, con la creación de diferentes organismos para afrontarlas.
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El Compromiso se trabaja en identificar y dar apoyo a Proyectos Educativos y Formativos a diferentes niveles, y a beneficiarios de comunidades menos desarrolladas (educación básica a menores; formación y capacitación para adultos; formación técnica-profesional y empresarial a nivel micro, etc), y en diferentes áreas geográficas.
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La creación de una conciencia sobre la problemática y desigualdad existente en los países menos avanzados, y el llegar al mayor número de personas de los países más desarrollados, social y económicamente, conforma la segunda línea de actuación de la Royal and Imperial House of Orient.
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En esta línea, la Imperial Casa, considera que la educación y sensibilización por el respeto de los derechos humanos es el presupuesto fundamental y básico de un desarrollo sostenido, la clave contra las desigualdades y la pieza angular de cualquier sistema democrático o monárquico.
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La realización y muestra de proyectos que tengan como objetivo la promoción y defensa de los derechos humanos, en definitiva, la formación del individuo en esta materia, y la sensibilización de la opinión pública en general, tienen como objetivo fundamental el aunar voluntades que contribuyan de forma directa o indirecta a erradicar el mayor número de injusticias posible existentes en el mundo.
“LA OBRA SECRETA DEL VERDADERO REY,
ES ABRIR LA TIERRA PARA QUE BROTE EL BIENESTAR DE SU PUEBLO”
dia de Honor de Alabarderos de Nuestra Señora y Cuerpo de Emergencias Bonario Fr+Carlos Gustavo Lavado Roqué OB+J Embajador Cultural de la Royal and Imperial House of Orient.
La misma se realizó en el Salón de la Promociones del Centro de Oficiales de las Fuerzas Armadas (Av Quintana 161 Recoleta – Ciudad Autónoma de Buenos Aires) el 03 de julio de 2007.
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ORÍGENES DE LA ADVOCACIÓN
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Entre los años 1324 y 1326 los catalano-aragoneses, durante el asedio a la ciudad de Cagliari, construyeron sus casas y una iglesia en una colina llamada por ellos BONAYRE, de aires buenos o saludables, en contraposición al aire malsano de las zonas palúdicas del Campidano.
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En 1370, una nave que se dirigía de España a Italia, debido a una tempestad, tuvo que arrojar al mar gran cantidad de bultos. Uno de ellos no se hundió sino que flotando delante de la nave, a la que parecía guiar, llegó a la costa de Cagliari. Unos pescadores encontraron posteriormente la caja de madera (conservada, al parecer, en el Museo del Santuario) que se resistía a ser transportada, suponemos que por su excesivo peso. Fueron unos frailes mercedarios que pasaron por el lugar quienes, misteriosamente sin dificultad, pudieron llevar la caja hasta su convento. Al abrirla, encontraron una hermosa imagen de la Virgen María, de madera, con un Niño Jesús sonriente y rozagante que sostenía un globo, representando el mundo, en el brazo izquierdo, y en la mano derecha portaba una candela o cirio encendido. Posteriormente se le colocó una nave o carabela, cuyo palo mayor es el cirio.
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La hermosa talla de puro estilo griego bizantino, probablemente haya tenido como primitiva advocación, según señala don Guillermo Gallardo, la de la Candelaria.
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La imagen fue colocada en una capilla lateral de la iglesia. A la mañana siguiente los frailes la encontraron en el altar central, sin que nadie la hubiera llevado.
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Estos misteriosos movimientos nocturnos se repitieron varios días, hasta que la imagen fue dejada en el altar mayor desde donde hoy domina el interior del Santuario.
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A raíz de estos portentos, la iglesia, dedicada inicialmente a la Santísima Trinidad, fue puesta bajo la advocación de la VIRGEN DE BONARIA.
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A esta imagen, según opinión de algunos, se la bautizó con el nombre de Bonaria (Buen aire) porque fray Carlos Catalán, mercedario, fundador del convento, había profetizado que con la llegada de una imagen de la Virgen se limpiaría la ciudad de malaria (repárese en la palabra: malaria frente a bonaria) y “buenos aires soplarían en esta tierra”; según otros, se la bautizó con el nombre de Bonaria porque así se llamaba la colina sobre la cual se levanta el convento mercedario.
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Pronto se constituyó en Protectora y Patrona de los navegantes. Su fama pasó a España, por acción de los padres mercedarios y de los mismos navegantes españoles. Famosa fue la Cofradía de Mareantes de Sevilla, que tenía por titular a Santa María de los Buenos Aires, que no desconocía don Pedro de Mendoza, fundador del Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires, a quien en su testamento llama “Patrona y Abogada de todos sus fechos”.
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Conviene reseñar, además, que don Pedro de Mendoza llevaba en su escudo nobiliario el lema: “Ave María, gratia plena”.
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Antes del descubrimiento de América existía en el barrio de Triana, a orillas del Guadalquivir a su paso por la ciudad de Sevilla, un hospital y Cofradía de Navegantes cuya capilla tenía la advocación de Nuestra Señora del Buen Aire.
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En particular merece ser recordada la historia del cagliaritano Leonardo Gribeo, que a mediados del siglo XVI, navegando a lo largo de la costa de Córcega, naufragó durante una tempestad. En lucha desesperada contra las olas logró rescatar una pequeña reproducción de la Virgen de Bonaria a quien le atribuyó el milagro.
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Tan general y tan consagrada era esta devoción, que las carabelas de los exploradores del Atlántico, desde Colón a Solís, Gabotto y Mendoza, tenían grabada la efigie de la Virgen de los Buenos Aires en el centro de la Rosa de Bitácora que, como todos sabemos, es el emblema y cuadrante de los vientos.
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Cuando bajo las órdenes del Rey de España, el oficial don Pedro de Mendoza, el 24 de Agosto de 1535, guió una expedición para descubrir nuevas tierras entre el Río de la Plata y el estrecho de Magallanes, enroló en la flota al mismo Leonardo Gribeo.
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La flota zarpó de Sanlúcar de Barrameda derecha hacia occidente. Las naves remontaron el Río de la Plata hasta la isla de San Gabriel y fondearon donde es hoy la dársena del Puerto de Buenos Aires. El 2 de Febrero de 1536 fundaron el Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires, así llamado en homenaje a la Virgen del Buen aire, patrona de los navegantes y adorada en Cagliari y Cerdeña en Italia y Sevilla en España, por sugerencia del navegante cagliaritano siempre memorioso de la milagrosa intervención de la protectora de los marinos. Será Juan de Garay quien, el 11 de Junio de 1580, funda la “ciudad” de la Santísima Trinidad en el Puerto de Santa María de los Buenos Aires. Es interesante que Garay conservara la denominación elegida por Mendoza y que, al final, ha sido el nombre que ha perdurado para la actual capital de Argentina, Buenos aires.
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Carlos I reconoció los méritos de don Pedro de Mendoza, nombrándolo Adelantado y Gobernador General de las tierras del Río de la Plata, es decir, Señor de las tierras y riquezas que conquistase en el amplísimo territorio de su gobernación de los cuales se les hacía DONACIÓN PERPETUA a él, a sus descendientes, sucesores y delegados que nombrase en caso que después de tres años quisiera retirarse a vivir en la Corte.
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Gracias a la meritísima labor de Fray José Márquez, O. de M., se levanta un hermoso templo de estilo gótico italiano en honor de Nuestra Señora de los Buenos Aires, en Avenida Gaona y Espinosa, en la ciudad que lleva su nombre, y al cual es un deber peregrinar.
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LA INSTAURACIÓN DE LA ORDEN
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La Siempre Noble y Augusta Orden de Santa María de los Buenos Ayres, Orden Bonaria, se desarrolló durante el tiempo de los Virreyes del río de la Plata, integrándola destacadísimos hidalgos, todos ellos Caballeros de enorme fervor mariano; adormecida permaneciendo in pectore et in potentia, bajo el cuidado del Fuero de Hidalgos del Río de la Plata.
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RENOVACIÓN DE LA ORDEN
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Muchas fueron las circunstancias, que llevaron a esta escisión dentro de la Orden.
.
Buscando el trabajo por los demás a través de los Proyectos Humanitarios, viendo la gran expansión en países como Thailandia, Rusia, Irak, Filipinas, etc. donde no podemos imponer creencias religiosas, ni sentimientos individuales basados en la idiosincrasia de nuestros orígenes.
.
Intentando no imponer una Orden Teocrática, y Oligárquica, sino dentro de un consenso democrático. Siendo todas las Damas y Caballeros, los que elijan a quien será su figura, y cabeza a nivel internacional.
.
La Orden debe de estar fuera de tópicos, y creencias colectivas. Cada Priorato General debe de velar por la identidad de la nación donde está asentado, asumiendo los Principios Dinásticos y caballerescos de la Orden, pero comprendiendo la historia particular de cada nación y de cada pueblo.
.
Que somos caballeros de Nuestra Señora, desde el punto de vista de Madre Primigenia de todos los Seres Humanos, siendo el aire, lo primero que respiramos y lo último que expulsamos al morir.
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Que solo hay un fin en la Orden, solidarizarnos con los que nos necesitan, y llevar el ideal caballeresco hasta fines reales de compromiso con la Humanidad.
.
Nuestra misión se sustenta en los principios cristianos de Esperanza, Caridad y Fe, los cuales conforman la base actitudinal de todos los futuros emprendimientos en las diferentes áreas.
.
Caballeros de la Orden, hagamos un mundo mas justo y mas fraterno. Laus Domino!
.
Pensamos en la Orden, que hay que aplicar las formas al método, buscar la excelencia en el trabajo, y aplicar el Código a la vida diaria .Hay una nueva Cruzada, y esta es, la mas hermosa…
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Luchemos, unámonos, levantemos el estandarte, llevemos Luz, Paz, Alimentos, Alegría, a quién la necesita……
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Seamos un remanso de paz, para el colérico, agua para el sediento, luz para el ciego, asiento para el cansado, maestros para el ignorante, forjemos un pilar en la decadencia de esta sociedad, y luchemos en Santa Cruzada, por un mundo mejor.
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Las Ordenes lejos de su extensión, son entes vivos, que apasionan a quienes conocen su naturaleza y que pueden aportar al mundo caótico y materialista, el calor de las virtudes caballerescas tan actuales como la cortesía, la lealtad, la generosidad y la franqueza, opuestas a las modernas pautas de conducta que enaltecen la mala educación, la traición, la mezquindad y el engaño como supremos valores del hombre de nuestro tiempo.
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Una Orden de Caballería es un ente colectivo con vida propia dedicado a un fin, que se pretende realizar corporativamente con pleno espíritu caballeresco. Sus distintivos constituyen lo externo, lo que efectivamente vale son los hechos, los actos, las realizaciones. “Por sus frutos los conoceréis” es una frase evangélica que resume certeramente lo que hasta aquí se ha expuesto.
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"La Orden tiene como fin promover la gloria de Dios, mediante la santificación de sus miembros, el servicio de la fe y de la Santa Sede y la ayuda al prójimo, en conformidad con su tradición secular."
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"Fiel a los divinos preceptos y a las consignas de Nuestro Señor Jesucristo, la Orden, guiada por las enseñanzas de la Iglesia, afirma y difunde la virtud cristiana de la caridad y de la fraternidad, ejerce las obras de misericordia, especialmente socorriendo a los enfermos, los emigrantes, los prófugos y los desterrados, la infancia abandonada y los pobres, procurando su elevación espiritual y reforzando su fe en Dios, y asistiendo a las misiones católicas. En modo particular, la Orden practica la asistencia a las víctimas de calamidades extraordinarias y a los heridos de guerra."
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El Compromiso actual de la Casa, es el Desarrollo, sin fines lucrativos, políticos o religiosos, surgida de una toma de conciencia y solidaridad ante las condiciones de desigualdad constatadas en diferentes regiones del mundo, siendo conscientes de la obligación moral de ayudar a los más desfavorecidos.
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El conocimiento de realidades, y condiciones de vida de extrema dureza y pobreza, dio origen a que el Príncipe optara, por el desarrollo humanitario, cuya finalidad principal es contribuir a dar solución a los problemas de estos sectores marginales y desprotegidos de la Sociedad.
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La necesidad de canalizar y planificar, de forma coherente, una ayuda asistencial que ya se venía realizando con anterioridad, conforma la realidad actual y el conjunto de actividades que se desarrollan desde esta Casa.
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Conscientes de la importancia de llevar a cabo políticas y programas de cooperación que permitan a sus beneficiarios el generar una capacidad de obtención de sus propios recursos, evitando, de esta manera, relaciones de dependencia sobrevenidas, con la creación de diferentes organismos para afrontarlas.
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El Compromiso se trabaja en identificar y dar apoyo a Proyectos Educativos y Formativos a diferentes niveles, y a beneficiarios de comunidades menos desarrolladas (educación básica a menores; formación y capacitación para adultos; formación técnica-profesional y empresarial a nivel micro, etc), y en diferentes áreas geográficas.
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La creación de una conciencia sobre la problemática y desigualdad existente en los países menos avanzados, y el llegar al mayor número de personas de los países más desarrollados, social y económicamente, conforma la segunda línea de actuación de la Royal and Imperial House of Orient.
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En esta línea, la Imperial Casa, considera que la educación y sensibilización por el respeto de los derechos humanos es el presupuesto fundamental y básico de un desarrollo sostenido, la clave contra las desigualdades y la pieza angular de cualquier sistema democrático o monárquico.
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La realización y muestra de proyectos que tengan como objetivo la promoción y defensa de los derechos humanos, en definitiva, la formación del individuo en esta materia, y la sensibilización de la opinión pública en general, tienen como objetivo fundamental el aunar voluntades que contribuyan de forma directa o indirecta a erradicar el mayor número de injusticias posible existentes en el mundo.
“LA OBRA SECRETA DEL VERDADERO REY,
ES ABRIR LA TIERRA PARA QUE BROTE EL BIENESTAR DE SU PUEBLO”
